Es el principal riesgo sectorial, a escala global, según Ernst & Young
La escasez de mano de obra ya no es el principal motivo de preocupación para los inversores mineros a lo largo y ancho del planeta, que se muestran más alarmados por el incremento de regalías, el control de las divisas y las estatizaciones de recursos.
El vigente escenario minero resulta bastante distinto del de hace 5 años, cuando la consultora internacional Ernst & Young (E&Y) comenzó a relevar los 10 mayores riesgos para la inversión en el segmento. La falta de mano de obra, que por entonces lideraba el top-ten, hoy cede su lugar de privilegio a los avances nacionalistas, considerados la amenaza número uno a nivel mundial.
“Sucede que cada vez más gobiernos están buscando incrementar sus ingresos a través de nuevos o mayores impuestos a la minería, además de limitar la liquidación de divisas o directamente estatizar propiedades que estaban en manos de compañías privadas”, explica Michael Elliot, autor del informe y jefe de la división de Minería y Metales de E&Y.
A su entender, no debe minimizarse la incertidumbre ni la destrucción de valor que implican estos cambios súbitos en las políticas públicas sobre el sector. “Se trata de un peligro que continuará latente en 2013. Francamente no esperamos que retroceda en el corto plazo”, advirtió.
Mientras que la falta de una infraestructura adecuada mantuvo su tercera ubicación como desafío a sortear, otras inquietudes de hace un lustro fueron actualmente dejadas de lado en esta última edición del ranking. Las dudas sobre la consolidación de la industria (segunda preocupación en el listado de 2008-2009), las cuestiones relacionadas con el cambio climático (quinto puesto por entonces) y la disponibilidad de energía (novena ubicación) no figuraron entre las principales amenazas de hoy. Entre sus reemplazantes deben citarse los costos inflacionarios (que ascendieron hasta la cuarta ubicación) y el replanteo en la ejecución de proyectos (quinta posición).
Completaron el top-ten de temores sectoriales el cada vez más complejo mantenimiento de las licencias sociales necesarias para operar (sexta colocación), la volatilidad en los precios y las divisas (séptima), la gestión y el acceso al capital (octava), la crecientemente disputada participación en los beneficios (novena) y, por último, la corrupción y los fraudes (décimo lugar).
Link local
El cuadro de situación que plantea E&Y, basado en la opinión de miles de ejecutivos mineros de todo el mundo, tiene su correlato a nivel local, donde la injerencia del Estado nacional en el quehacer de la actividad se ha incrementado notablemente.
Según Eduardo García de las Longas, ex gerente de Susten-tabilidad de Cerro Vanguardia, que ahora desempeña ese cargo en Cerro Negro, el mayor reto que afronta nuestra minería se vincula con la requerida sustitución de las importaciones en términos de insumos y equipos. “Las demoras en torno a la adecuación de la industria local y la falta de información generan dificultades para importar a tiempo algunos insumos críticos, lo que –en definitiva– podría comprometer la continuidad de algunas operaciones”, señala.
A Horacio Gabriel, gerente de Relaciones Institucionales de Minera Triton, lo inquieta la intención de algunos distritos provinciales en pos de aumentar los gravámenes del segmento, sobre todo en materia de regalías. “Además de los perjuicios que representa todo cambio en las reglas de juego, debe considerarse que la carga impositiva total que afronta nuestra minería es la más alta de Latinoamérica”, indica. ›|‹