Hay 20 canteras preparadas para abastecer su demanda de áridos
Con escasa actividad metalífera, el sector depende casi exclusivamente de la explotación de áridos y minerales industriales, recursos que el megayacimiento de hidrocarburos no convencionales demandará a gran escala.
Al poner un manto de dudas sobre el aprovechamiento de los recursos hidrocarburíferos no convencionales con los que cuenta la Argentina, la caída en el precio internacional del petróleo no sólo representa una preocupación para los actores directamente involucrados con el negocio del shale a nivel local, sino también para todos aquellos que se ilusionan con los beneficios indirectos de su desarrollo.
A modo de ejemplo, puede citarse el caso de la minería neuquina –basada preponderantemente en la explotación de áridos, minerales industriales y de tercera categoría–, cuya suerte a futuro parece entrelazarse con la del megayacimiento Vaca Muerta. Al menos así lo avizora Carlos Portilla, titular de la Dirección Provincial de Minería, organismo dependiente de la Subsecretaría de Minería e Hidrocarburos de Neuquén.
Según el funcionario, el rubro metalífero depende en términos productivos de un único proyecto activo: la mena polimetálica que –bajo la titularidad de la estatal Cormine– explota la firma Andacollo Gold en las localidades de Andacollo y Huinganco, en el norte de la provincia. A esa iniciativa pueden sumarse, además, las tareas prospectivas de la peruana Southern Copper en distintas áreas.
“No obstante, los minerales industriales y los de tercera categoría explican más de un 70% de nuestra producción total”, precisó Portilla, quien confía en asistir con esos insumos al incipiente negocio del shale.
A su entender, la explotación de Vaca Muerta necesitará recursos como la baritina, las bentonitas y las asfaltitas, entre otros. “Si bien los proyectos de este tipo no inciden en la economía provincial y nacional como sí lo hacen los metalíferos, no es menos cierto que su proceso de industrialización genera un importante número de puestos laborales, además del valor agregado que logra incluirse a la materia prima. Por ello, de la mano de la industria petrolera la idea es que este sector se posicione cada vez con mayor presencia”, remarcó.
Negocio árido
Suman nueve las empresas habilitadas para extraer áridos en las 20 canteras activas de toda la provincia. La rentabilidad del segmento es elevada, ya que cada tonelada puede llegar a rendir más de $ 1.000 limpios; es decir, descontando los sueldos, los costos productivos y los impuestos (vale acotar que cada área puede producir cientos de miles de toneladas por año).
El escenario también está signado por la presencia de muchos puntos extractivos ilegales, ya que los controles son difíciles de implementar y las multas fijadas por la ley resultan irrisorias.
A decir de Portilla, la Dirección Provincial de Minería está trabajando arduamente para regularizar esa situación, además de poner el foco en la remediación de las zonas abandonadas. “Finalizada cada explotación, los trabajos de saneamiento incluyen el perfilado de taludes, la devolución de suelos a la cava generada y la promoción de condiciones edáficas que permitan la repoblación de la vegetación”, indicó. ›|‹