Más allá de que la vara estaba muy baja, la actividad exploratoria logró crecer alrededor de un 10% en los últimos dos años. Sin embargo, Marcelo Álvarez advirtió que aún hay muchos retos por sortear a fin de desarrollar el verdadero potencial del sector.
La minería argentina atraviesa un momento ambivalente. Por un lado, la actividad exploratoria mejoró un poco y los minerales no metalíferos se están recuperando. Por otro, el segmento metalífero no despega y escasean los nuevos proyectos de envergadura. Así lo cree Marcelo Álvarez, vicepresidente primero de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), quien disertó en la presentación ante la prensa de la edición 2019 de la feria Arminera.
Según sus precisiones, la exploración mejoró entre un 10% y un 12% en los últimos dos años. “Hay que aclarar que este ítem, que tiene una enorme importancia para el futuro sectorial, venía de un nivel muy bajo”, acotó. Adicionalmente, expuso, el litio y los minerales no metalíferos siguen aportando buenas noticias. “En el caso de los recursos no metalíferos, se registró un empuje muy fuerte en 2016 y 2017, y un retroceso el año pasado. Hoy el rubro se está reactivando, pero aún no alcanza los niveles que tenía”, reconoció.
Lo más preocupante, remarcó, tiene que ver con el comportamiento del segmento metalífero. “Faltan proyectos de gran porte que impliquen nuevas inversiones de entre u$s 1.000 y 2.000 millones”, puntualizó.
Esta coyuntura, opinó, obedece básicamente a la falta de condiciones internacionales y locales para atraer a los inversores. Y sólo cambiará cuando se aplique, más que una política de gobierno, una política de Estado favorable. “De todos modos, hay dos o tres iniciativas en etapa de factibilidad que en los próximos tres años entrarán en fase de explotación”, anticipó Álvarez, quien es director ejecutivo de Minera del Sol para la Argentina y Chile.
En la actualidad, detalló, la minería es el sexto complejo exportador del país, con ventas al exterior por u$s 3.855 millones anuales. Sólo se ubica por debajo de los complejos oleaginoso (que suma exportaciones por u$s 16.680), cerealero (u$s 8.145 millones), automotriz (u$s 7.955 millones), hidrocarburífero (u$s 5.031 millones) y bovino (u$s 3.938 millones), en ese orden.
Al tener saldo comercial superavitario, enfatizó, su aporte de divisas es clave. “Desde 2004 la suba anualizada de las exportaciones mineras fue de un 10,1%”, completó.
Más cifras
A decir de Álvarez, la minería genera 81.500 fuentes laborales directas e indirectas, y constituye un 1,2% del trabajo privado registrado a escala nacional. “Desde 2004 el empleo minero trepó un 5,7%. La masa salarial volcada al consumo interno supera los $ 20.000 millones”, indicó.
Un 80% de las compras de bienes y servicios que realizan las operadoras mineras, apuntó, se queda en el país. “Durante 2018, la actividad totalizó aportes tributarios por $ 29.176 millones. De ese total, $ 22.384 fueron a las arcas del Estado nacional y $ 6.792 millones a las provinciales”, especificó.
El compromiso de la industria con el cuidado del medio ambiente y el desarrollo comunitario, sostuvo, es cada vez mayor. “Deben resaltarse los avances del programa ‘Hacia una Minería Sustentable’, herramienta que demuestra que se está actuando con transparencia y siguiendo las más severas normas internacionales de calidad internacionales”, manifestó.
Para finalizar, el directivo mencionó la importancia de la reciente incorporación de la Argentina a la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI, por sus siglas en inglés). “Desde la CAEM estamos colaborando activamente con su implementación”, concluyó. ›|‹
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