Representantes de Chevron Argentina se reunieron ayer con funcionarios del Ministerio de Trabajo de Nación en Neuquén y aseguraron que están en un “plan de reestructuración” de su planta de empleados, aunque negaron presiones sobre los trabajadores para que se acojan a los retiros voluntarios, tal como lo denunció el Sindicato de Petroleros Jerárquicos. La compañía reconoció el ajuste que aplica desde el año pasado.
Marcelo Zúñiga, delegado de Trabajo, explicó que la petrolera no puede concretar despidos, ya que en ningún momento presentó un preventivo de crisis, pero advirtió que podrían hacerlo de forma “encubierta”.
“Ante la denuncia, la empresa negó despidos y aprietes al personal, pero reconoció que están en un plan para reestructurar la planta de trabajo, desde noviembre de 2014”, explicó a La Mañana de Neuquén.
El ajuste está relacionado con la caída de la producción de El Trapial, uno de los yacimientos petroleros más grandes del país, que disminuyó un 77% en la última década. La situación contrasta con las fuertes inversiones que desembolsa la caza matriz de la petrolera norteamericana en Vaca Muerta, en sociedad con YPF.
“Se trata de una empresa hidrocarburífera multinacional que hizo acuerdos con el gobierno nacional y con las provincias, que ha expresado la necesidad de explotar los hidrocarburos en un marco de paz social y de cuidado del medioambiente”, expresó el delegado de Trabajo.