La Argentina, Bolivia y Chile poseen un 85% de las reservas mundiales del mineral
Autoridades bolivianas y chilenas dieron el visto bueno al secretario de Minería, Jorge Mayoral, para avanzar con la creación del bloque, que aspira a manejar la cotización internacional del recurso.
Bolivia y Chile aceptaron constituir junto con la Argentina una entidad equivalente a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Según el secretario de Minería, Jorge Mayoral, ya hay “un principio de acuerdo” para que así suceda, y sólo falta ultimar detalles en pos de oficializar el nuevo cartel bajo el nombre de Organización de Países Productores de Litio (OPPROLI).
Orientada a manejar el mercado global del litio y promover el añadido de valor, la iniciativa despertó, a priori, más entusiasmo en Bolivia –donde el ministro de Minería y Metalurgia, César Navarro, reconoció que aún existe un “fuerte retraso” en la industrialización del recurso– que en Chile. “Hay buena predisposición, pero hasta el momento los modelos de desarrollo del litio en cada nación son bastante disímiles”, había admitido a este medio, hace unos meses, un funcionario trasandino.
“Hoy la propuesta es bien vista en los tres países. Una vez en marcha, podremos proyectar una política común en materia de producción, industrialización y comercialización de este mineral estratégico para satisfacer la demanda mundial de manera racional e inteligente”, aseguró Mayoral.
Las mayores reservas del recurso a nivel mundial se encuentran en el triángulo que conforman la Puna argentina con el norte chileno y el sur boliviano. De hecho, precisó, de los 10 millones de toneladas métricas (Tnm) de litio que existen en todo el planeta, alrededor de 9 millones se encuentran en Latinoamérica, y –de ese subtotal– cerca de 8,5 millones de Tnm se reparten entre la Argentina (10%), Bolivia (50%) y Chile (25%). “La profundización del modelo industrial del litio y su puesta en valor podría generar un importante fenómeno expansivo en nuestras economías”, vaticinó.
En realidad, el plan de constituir una “OPEP del litio” no es nuevo. Hace tres años, Rodolfo Tecchi, director de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, se lo anticipó a este medio. “Una organización de esa índole serviría para incidir en la regulación de los precios internacionales de esta materia prima, que posee una creciente importancia en la acumulación de energía y la fabricación de baterías de teléfonos móviles y computadoras”, afirmó.
Valor agregado
A decir de Tecchi, en cuanto avancen hacia la producción plena, la Argentina, Bolivia y Chile podrían implementar mecanismos de control de la oferta de carbonato de litio a fin de evitar distorsiones por sobreproducción que impliquen bajas en el valor del insumo. “Para ello, será esencial dejar atrás los obstáculos impuestos por sectores que no creen en la actividad minera, en particular, y en las industrias productivas, en general. Hay que trabajar mancomunadamente y con mayor inteligencia para aprovechar un escenario que, en el largo plazo, se muestra sumamente favorable”, pronosticó.
Junto con el enriquecimiento de los metales hallados en el subsuelo nacional, el aprovechamiento del litio es, de acuerdo con Mayoral, el principal desafío que tiene por delante la industria minera local. “Tenemos que agregarle valor a nuestra producción, por lo que será clave comenzar a enriquecer metales preciosos y purificarlos, además de discutir el proceso de desarrollo de las sales de litio, los ‘cómo’ y los ‘cuándo’ del segmento. De lo contrario, seguiremos siendo un simple exportador primario”, señaló. ›|‹