A mediados los ’80, cuando estaban explorando la zona en busca de otros materiales, la minera Livent se encontró con litio de excelente calidad en el salar del Hombre Muerto, en la provincia de Catamarca. Unos años después, la empresa inició la explotación y comenzó a producir el mineral. Sin embargo, en ese momento, el «oro blanco» apenas se había empezado a usar en algunas baterías desarrolladas por Sony y, todavía, no se vislumbraba el potencial que ese mineral alcanzaría apenas dos décadas más tarde.
Ahora, la compañía comenzó un plan de inversiones de u$s 400 millones, con el objetivo principal de incrementar la producción de las 20.000 toneladas anuales a cerca de 50.000. El programa, que ya inició su primera fase, prevé aumentar la extracción en alrededor de 10.000 toneladas cada 18 meses y completar el esquema para 2025.
«Nuestro plan de expansión tiene cuatro fases. Para fines de 2020, ya estará terminada la primera, que llevará a 30.000 toneladas. Las fases 2, 3 y 4 durarán, aproximadamente, entre un año y un año y medio en implementarse. Así que, una vez completadas las cuatro fases, estaremos en unas 50.000 toneladas de litio», explicó Paul Graves, CEO global de Livent.
El ejecutivo destacó que la zona donde se encuentra la explotación es una de las mejores reservas de litio en el mundo. Además, el área tiene un potencial mucho mayor que el que va a alcanzar cuando termine este plan de inversiones. Sin embargo, la infraestructura es una limitación para expandirse aún más.
Las claves para poder producir son el acceso a agua dulce, necesaria para «lavar» las sales y separar el litio de otros minerales. En segundo lugar, la empresa necesita asegurarse de la provisión de gas natural, para lo cual, junto con otras compañías, ya está en conversaciones con los gobiernos de la provincia y de la Nación.
«Operamos a 4000 metros sobre el nivel del mar. Y tenemos que construir carreteras y conseguir mano de obra. Todo eso limita la cantidad de litio que podemos extraer. En la situación actual, no podríamos superar una producción de 60.000 toneladas al año. Para ir más allá, se requieren algunos cambios en la infraestructura», agregó Graves.
En este momento, a la compañía le está costando conseguir mano de obra calificada para trabajar en la operación. Aunque hicieron convenios con la Universidad Nacional de Catamarca, aún hay puestos que no pueden cubrir con la población local, particularmente, para la etapa de construcción.»La Provincia nos pide que les demos empleo a los catamarqueños. Pero, en algunos puestos, nos resulta difícil. En la actualidad, no hay suficientes ingenieros de construcción y mecánicos calificados en Catamarca», destacó.
Además, para poder desarrollar la operación, la compañía destacó que necesita que la economía sea predecible. Con los niveles actuales de inflación y un tipo de cambio que no es enteramente flotante, los costos en dólares están en constante aumento y le restan competitivad al negocio.
«Las tarifas, impuestos, retenciones y regalías pueden cambiar la competitividad de nuestro negocio. Cada tres meses, tenemos que aumentar los salarios y estamos teniendo problemas para predecir cómo se comportará la moneda, lo que nos impide hacer una cobertura correcta. Es muy difícil manejar ese negocio. Y no es una situación que tengan nuestros competidores. Nuestros rivales están en Australia o en China y no tienen esos desafíos», concluyó. Fuente: Cronista.
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