En la isla de Honshu, en el sudoeste de Japón
La unidad cuenta con más de 9.000 paneles solares que en conjunto pueden generar casi 2.700 megawatts por año. Además, Fukushima tendrá la mayor turbina eólica marina del planeta.
Japón acaba de poner en marcha la mayor planta flotante de energía solar a escala global. Montada en el estanque de Sakasamaike, en la Prefectura de Hyogo, dentro de la isla de Honshu (ubicada en la región nipona de Kinki), la instalación será capaz de producir 2.680 megawatts (Mw) por año y de ese modo cubrir las necesidades de casi 1.000 familias.
Dotada de un total de 9.072 paneles dispuestos en soportes de resina sobre la superficie del agua, la planta será operada por una filial de la empresa fabricante de productos eléctricos Kyocera. La electricidad generada, en tanto, se venderá a la energética Kansai Electric Power. Alrededor de 100 millones de yenes (es decir, unos u$s 815 millones) de los ingresos anuales serán destinados a la comunidad local, que estará a cargo del mantenimiento del estanque.
Según comunicó Kyocera, la gran ventaja que otorga este emprendimiento radica en el efecto refrigerante del agua, que previene el calentamiento de los paneles y así contribuye a elevar su capacidad de producción.
Pero no se trata de la única novedad vinculada con las energías renovables en Japón, ya que la prefectura de Fukushima, sede de la central nuclear devastada por un tsunami en 2011, anunció que activará en la zona la mayor turbina eólica marina del mundo.
La experiencia, que se iniciará a modo experimental en septiembre, podría ser replicada en el futuro por otros países interesados en la generación eólica off shore, tales como Noruega o Portugal. La turbina flotante, que alcanzará los 220 metros de altura, permitirá producir inicialmente unos 7.000 kilowatts (Kw). Operada por la firma eléctrica Tohoku Electric Power, dispondrá de una subestación flotante conectada con la tierra por cables submarinos.
Debe recordarse que desde el año pasado funciona en Fukushima una turbina eólica similar, pero de menor envergadura (su potencia no supera los 2.000 Kw), que está situada a unos 20 kilómetros de la localidad de Naraha.
Liderazgo ruso
En materia de instalaciones energéticas flotantes, la nación que pica en punta es –sin lugar a dudas– Rusia, que desde hace varios años trabaja en la construcción de una central nuclear de ese tipo en Pevek, localidad situada en la región ártica de Chukota.
La planta –que se está fabricando en los astilleros de Severodvinsk, a orillas del Mar Blanco– estará equipada con dos reactores “KLT-40C”, usados anteriormente para propulsar rompehielos. Éstos totalizarán una potencia de 70 Mw, por lo que generarán el mismo volumen de electricidad que una usina nuclear terrestre. La idea es ahorrar carbón y petróleo a la hora de abastecer de electricidad y calefacción a zonas septentrionales que se encuentran bañadas por el Océano Glacial Ártico.
La novedosa instalación tendrá alrededor de 144 metros de largo y unos 30 de ancho. Empleará uranio poco enriquecido al 5%, porcentaje que se encuentra dentro de los límites permitidos por la Agencia Internacional de Energía Atómica, en el marco del Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT, según sus siglas en inglés), suscripto por Rusia en 1968. ›|‹