De acuerdo con los últimos datos de PwC
Con una pérdida en su capitalización de un 23% y un incremento en sus deudas netas de un 42%, las principales firmas del sector se ven obligadas a modificar su esquema de prioridades, según un estudio de la consultora internacional PwC.
No son días fáciles para las grandes mineras, que afrontan crecientes dificultades bursátiles y financieras. Así lo indica “Mine 2014”, la 11º versión del estudio anual con el que PwC analiza el desenvolvimiento de las 40 compañías top dentro de la minería mundial.
Según el relevamiento, en lo que va del año la capitalización de estas empresas se contrajo en alrededor de u$s 280.000 millones; es decir, un 23%, mientras que sus deudas netas acumularon un alza de un 42%. “Se trata de una temporada sumamente difícil para la industria, con resultados mucho más bajos que en períodos anteriores debido a los menores ingresos operativos, los mayores costos y la continuidad en la baja del precio de los commodities”, explica Colin Becker, especialista minero de la consultora.
Bajo el título “Realineando expectativas”, el trabajo postula un cambio de prioridades y expectativas por parte de las mineras, que se encuentran en pleno “ajuste de cinturón”. “A los problemas ya citados se suman los aumentos tributarios registrados en diversos países, la nacionalización de algunos recursos y otros cambios geopolíticos de consideración. No es casual, en este escenario tan desafiante, que casi la mitad de las principales firmas hayan cambiado sus CEO durante los últimos dos años”, precisa el experto.
A su criterio, también se observa una significativa fuga de inversores y una pérdida de confianza en el segmento. “Ante este panorama, las corporaciones deberán desarrollar un enfoque basado en la disciplina del capital, además de evaluar dónde y cómo invertir, reducir los costos y elevar la productividad”, sostiene.
Este año servirá, de acuerdo con el informe de PwC, fundamentalmente para que las mineras evalúen y –llegado el caso– replanteen sus estrategias. “A fin de recuperar la confianza perdida y atraer los flujos de capitales que se requieren tanto para sostener un crecimiento de la oferta como para abastecer a una demanda que seguirá sólida, las compañías deberán esforzarse por cumplir con los planes que tienen en carpeta”, completa Becker.
Austeridad global y local
A tono con las conclusiones de PwC, los gigantes angloaustralianos BHP Billiton y Rio Tinto anunciaron significativos recortes en sus gastos que, en conjunto, suman u$s 6.200 millones. BHP Billiton, que tiene un nivel de ingresos superior a los
u$s 44.000 millones por año y da trabajo a unas 40.000 personas, anticipó un ajuste de u$s 3.900 millones para esta temporada. Rio Tinto, por su parte, que maneja ingresos por más de u$s 55.000 millones anuales y cuenta con 32.000 empleados, proyectó un ahorro de u$s 2.300 millones.
En la Argentina, la austeridad es vista como el principal reto sectorial, sobre todo después de que Vale cancelara Potasio Río Colorado, en Mendoza, debido a la duplicación del presupuesto original. Sin llegar a ese extremo, prácticamente todas las empresas con operaciones a nivel local se han visto obligadas a revisar gastos, alterar sus cronogramas de trabajo o incluso paralizar parte de sus actividades por la presión inflacionaria.
Un ejemplo paradigmático es el de McEwen Mining, propietaria de Los Azules, en San Juan, que reformuló completamente los métodos de extracción y transporte de cobre que tenía previstos en un principio. ›|‹