Todo el sector minero confesó estar «muy preocupado» por el derrame de cianuro generado por la multinacional canadiense Barrick Gold tras la rotura de una manguera. Según consignó el portal El Destape, al resto de las empresas que operan en la Argentina las inquieta la continuidad de la actividad luego del presunto incidente. La desconfianza sobre los efectos mortales para las poblaciones de humanos y animales de las zonas de producción vuelve a instalarse con fuerza. El futuro desarrollo de la actividad vuelve a estar en riego. Los empresarios están particularmente molestos con la dirigencia de la empresa canadiense porque «tardaron mucho en hablar, y aclarar o confirmar la situación, y eso generó más repercusiones», primero entre los habitantes, los dirigentes ambientalistas, y luego los medios. Los jerarcas mineros hubieran preferido enterarse por la propia Barrick, «y no que se empiece a filtrar por una cadena de WhatsApp», tal como señaló una fuente del sector que optó por mantener el anonimato. Oficialmente, desde la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) le cargan toda la responsabilidad a Barrick Gold y no quieren hablar del tema. Los canadienses deben responder a todas las acusaciones, pero las consecuencias las sufre y las sufrirá todo el sector. Hasta el trágico último fin de semana, la minería en la Argentina tenía como bandera sus cuidados en la seguridad de los productos químicos para proteger el agua, pero esa coraza se quebró.