Según el Instituto Fraser de Canadá
Tan sólo Jujuy y Salta mejoraron su desempeño en un ranking anual que mide el potencial minero de 112 jurisdicciones de todo el mundo. Neuquén y Catamarca registraron las mayores caídas a nivel nacional, debido –sobre todo– a dificultades vinculadas con la calidad en la información geológica y aspectos regulatorios.
El aceptable potencial para la inversión minera que venía exhibiendo la Argentina, según las evaluaciones del prestigioso Instituto Fraser, declinó significativamente esta última temporada. Con la salvedad de sólo dos provincias
–Jujuy y Salta–, todas las demás empeoraron sus performances en la última edición del “Survey of Mining Companies”, informe elaborado anualmente por la institución canadiense.
De acuerdo con el índice de percepción que plantea el relevamiento, en 2013 Jujuy trepó desde el puesto 65º (entre 96 jurisdicciones analizadas) hasta el 61º (entre 112), gracias a su mejor rendimiento en variables como “certidumbre sobre áreas protegidas y sitios arqueológicos”, “estabilidad política” y “nivel de seguridad”. Y si bien cayó desde la colocación 38º hasta la 41º (a tono con la expansión del listado), Salta también incrementó su score, en función de su mejor calificación en “nivel de seguridad”, “regulación laboral y acuerdos laborales”, “actividad gremial y huelgas” y “estabilidad política”.
En dirección opuesta, la provincia que más cayó fue Neuquén, que se desplomó desde la 39º ubicación hasta la 102º (por lo que quedó a sólo 10 puestos del último lugar del ranking), al padecer un deterioro en “calidad de la información geológica”, “disponibilidad de recursos humanos”, “nivel de seguridad” y “condiciones de desarrollo comunitario y acuerdos socioeconómicos”.
También fue significativa la caída de Catamarca (del puesto 43º al 98º), con bajas puntuaciones en “calidad de la información geológica”, “regulación laboral y acuerdos laborales” e “incertidumbre referente a zonas en disputa”.
Algunas de las opiniones anónimamente vertidas en el informe fueron lapidarias. “El control regulatorio que hoy existe en la Argentina hace del país un lugar terrible para tener una operación. Es un buen lugar para explorar, pero irónicamente se torna muy malo cuando las prospecciones son exitosas y es momento de producir. ¿Por qué el inversor no puede, al final, obtener la recompensa del riesgo asumido al invertir?”, se preguntó de manera retórica el presidente de una compañía exploratoria.
A decir del titular de una productora con ganancias por más de u$s 50 millones, durante los últimos dos años el país viene modificando su marco normativo para aumentar los ingresos por la actividad minera sin preocuparse por el impacto a largo plazo de esas medidas en el sector. “No hay certidumbre sobre la legislación vigente ni tampoco estabilidad jurídica que garantice su continuidad”, advirtió.
Más quejas
El presidente de una firma que explora en Chubut se quejó de la nueva ley minera prevista en la provincia. “Plantea incrementos masivos en las regalías, mayor participación de la minera estatal y políticas sumamente restrictivas para los inversores”, indicó.
El vicepresidente de una empresa con prospectos exploratorios en La Rioja fue aún más terminante. “Vivimos una historia de horror regulatorio. A fin de autorizar una explotación, el gobierno provincial requiere un porcentaje del proyecto para la minera pública”, manifestó.
Santa Cruz no estuvo exenta de críticas. “Hay una presión continua en pos de elevar los impuestos y las regalías, incluyendo una nueva regulación tributaria que se basa en las reservas”, expresó el titular de una productora.
Según el presidente de una minera asentada en Mendoza, el panorama allí dista mucho de lo ideal. “Las leyes provinciales que impiden la extracción a cielo abierto y el uso de cianuro hacen de la minería una actividad ilegal”, sintetizó. ›|‹