Los gobernadores de las provincias petroleras sorprendieron al Gobierno en su propio juego. Hacía ocho días ayer que la presidentaCristina Kirchner les había pedido que congelaran las regalías, eliminaran a las empresas provinciales que participan del negocio y congelaran impuestos para atraer inversiones que permitieran disminuir el déficit energético, por el cual este año se irán más de 10.000 millones de dólares enimportaciones de energía .
Los mandatarios provinciales, en cambio, les dijeron anteayer por la tarde a Carlos Zannini (secretario legal y técnico de la Presidencia), Julio De Vido (ministro de Planificación) y Miguel Galuccio (presidente de YPF) que el problema para las inversiones no pasa por la manera en que ellos mismos manejan la actividad, sino por la macroeconomía. El argumento perfecto para reclamarles a los funcionarios que paulatinamente liberen los precios del gas y del petróleo mediante el establecimiento de un sendero de precios a mediano plazo. Es exactamente lo que el kirchnerismo se resiste a hacer.
Ayer se reunieron De Vido y Galuccio para analizar el tema. Según el comunicado oficial, ambos «se mostraron optimistas en avanzar rápidamente en este tema fundamental para el autoabastecimiento y la soberanía energética».
En la práctica, fue la primera muestra pública después de una reunión muy tensa con los gobernadores. El más duro fue el neuquino Jorge Sapag. Enfrentó a los funcionarios, en especial a Galuccio, y se esforzó por arrancarles al menos dos promesas: la futura ley de hidrocarburos no regirá hacia atrás, por un lado, y sólo regulará sobre el negocio de los no convencionales y la actividad en el mar, según publicó La Nación.
Los gobernadores cerraron filas el lunes por la mañana, en un almuerzo que mantuvieron en la Casa de Chubut en la ciudad de Buenos Aires.
Mientras comían lomo con panceta, puré mixto, higos salteados y ensalada de rúcula, acordaron defender el documento que habían elaborado durante el fin de semana Neuquén y Chubut. El gobernador chubutense, Martín Buzzi, es también el presidente de la Ofephi (reúne a las provincias productoras de hidrocarburos) y estaba preocupado por mostrarle al Gobierno una posición de unidad por parte de los distritos petroleros.
El texto que presentaron por la tarde a Zannini, De Vido y Galuccio tiene siete páginas. Su nombre tentativo es «Régimen federal de promoción de inversiones y responsabilidad empresaria para la extracción de gas y petróleo no convencional».
Tomó algunos criterios del decreto 929 del año pasado, firmado por la presidenta Cristina Kirchner, que ofrece algunos beneficios a la inversión y salió poco tiempo antes del acuerdo entre YPF y Chevron. Pero fueron más generosos con los premios a las empresas. El documento recomienda, por ejemplo, que la comisión que supervisa las inversiones en energía, en la práctica a cargo del ministro de Economía, Axel Kicillof, pueda definir qué cantidad de la producción de hidrocarburos accede a un valor internacional (el decreto establece el 20% en cinco años) según las características del proyecto en cuestión.