Conforman casi el 60% de la producción viable. La demanda global podría superar la oferta en unos años. Eso podría llevar los precios a u$s 80 o más el barril en 2019
Las reservas norteamericanas de shale son la opción más barata de producción petrolera futura y probablemente atraigan más inversión que los proyectos rivales como los yacimientos en aguas profundas, según un importante asesor del sector.
Cerca del 60% de la producción petrolera viable, desde el punto de vista económico, a un precio del crudo de u$s 60 el barril es en shale norteamericano y sólo cerca del 20% es en aguas profundas, según la consultora Wood Mackenzie.
Las compañías con activos en shale estadounidense probablemente tengan una ventaja competitiva en los próximos años. Los productores que dependen de los yacimientos petrolíferos ubicados en regiones de mayores costos como el Mar del Norte y aguas profundas a la altura de la costa occidental de África tendrán que reducir costos o enfrentarán una menor producción.
Después del derrumbe del precio del petróleo que comenzó hace dos años, los costos de producción bajaron en toda la industria, pero disminuyeron mucho más en el shale norteamericano que en otros tipos de proyectos.
Los costos promedio por barril cayeron entre 30% y 40% en los pozos de shale estadounidenses, pero apenas entre 10% y 12% en otros proyectos petroleros, señaló Simon Flowers de Wood Mackenzie.
Las regiones estadounidenses que tienen reservas de shale hace dos años se ubicaban en el medio de la curva de costos para el futuro abastecimiento de crudo, y ahora se encuentran casi en el extremo más bajo.
Las inversiones en la formación de shale Eagle Ford al sur de Texas en promedio necesitaban un crudo Brent de u$s 48 para alcanzar el punto de equilibrio, según cálculos de Wood Mackenzie, mientras que los proyectos en la formación Wolfcamp en la Cuenca de Permian al oeste de Texas requieren un petróleo de apenas u$s 39.
“Hay más oportunidades para invertir en Estados Unidos, y es ahí donde estará la inversión”, dijo Flowers.
Ayer el Brent cotizaba u$s 47,59 el barril.
Las compañías norteamericanas que tienen reservas de shale oil, incluyendo Chevron y ExxonMobil, recalcaron la flexibilidad de esos activos, que se explotan mediante muchos pozos que cuestan unos pocos millones de dólares cada uno, y que no se trata de proyectos multimillonarios en dólares que se necesitan para la producción offshore.
En los cálculos de Wood Mackenzie, los yacimientos en aguas profundas de Brasil también son tan grandes que algunos serán comercialmente viables, pero las regiones de altos costos podrían tener problemas para atraer inversión.
La cantidad de proyectos grandes que están recibiendo el visto bueno de las compañías de petróleo y gas promedió 40 entre 2007 y 2013, pero cayó a apenas 8 el año pasado, según Angus Rodger, de Wood Mackenzie.
Si bien ha habido una pequeña ola de decisiones de inversión en las últimas semanas, incluyendo la ampliación de Tengiz en Kazakhastán, encabezada por Chevron, Rodger estima que este año seguirán adelante sólo cerca de 10 grandes proyectos.
Si bien la economía del shale norteamericano en términos generales es más atractivo, Flowers sostienen que debido al tiempo que demanda movilizar la financiación y los trabajadores para incrementar la perforación y la producción, la demanda global podría superar la oferta en unos años. Eso podría llevar los precios del petróleo a entre u$s 80 y 85 el barril en 2019-20, agregó.