El Gobierno busca licitar antes de fin de año la construcción de dos a cuatro centrales nucleares, lo que representaría una inversión de hasta 16.000 millones de dólares. Lo anunció ayer el ministro Julio De Vido, en San Petersburgo, Rusia, donde también aseguró que inaugurarán Atucha II, cuya obra ha demandado más de 30 años, «en los próximos 60 días». Según Los Andes, ayer hizo calor en esa ciudad, capital de los zares a partir del siglo XVIII, llena de palacios y monumentos históricos. Algunos habitantes buscaron alivio en los parques. Los más afortunados hicieron jet esquí en el río Neva. En la sede de la Biblioteca Presidencial (antes Lenin) fue la presentación central de la Conferencia Internacional Ministerial «Energía nuclear en el siglo XXI». Los anfitriones: el gobierno ruso y la estatal Rosatom, con la que De Vido ha firmado ya varios acuerdos y una de las postulantes a quedarse con el principal negocio nuclear que plantea hoy la Argentina. Prácticamente todos los oradores hicieron foco en Fukushima, la central japonesa destruida hace dos años por un maremoto. A partir de allí el negocio nuclear mundial se replanteó. Alemania, por caso, confirmó que para 2022 cerrará todas sus usinas atómicas. El resto de los países, en cambio, ratificó sus planes, aunque anunciaron nuevas medidas de seguridad. En ese contexto, De Vido anunció un nuevo impulso al plan nuclear argentino que, dijo, tiene un presupuesto de 42.000 millones de dólares hasta 2023. De aquí en adelante, el primer paso del avance será la puesta en marcha de Atucha II, que se comenzó a construir en los años 80 pero luego estuvo parada dos décadas.