De acuerdo con las estimaciones de McEwen Mining
La última evaluación económica del proyecto arrojó resultados auspiciosos a partir de la reformulación de los procesos de explotación, transporte y reutilización de materiales en la mina.
Es sabido que los elevados costos productivos que rigen en el mercado minero argentino, una de las principales preocupaciones para los empresarios del sector, han motivado la paralización o cancelación de más de un emprendimiento de envergadura. Pero no serán un escollo para McEwen Mining, propietaria de un 100% del proyecto cuprífero Los Azules, situado en el departamento sanjuanino de Calingasta, a unos 3.600 metros sobre el nivel del mar y unos 6 kilómetros al este de la frontera argentino-chilena.
Según la actualización de la “Evaluación Económica Preliminar” de la iniciativa, basada en la reformulación de los métodos de extracción y transporte de cobre diseñada por la compañía, la mina tendrá un nivel de costos sumamente competitivo a escala global. Así se lo informaron directivos de Minera Andes –la sucursal local de McEwen– al ministro de Minería sanjuanino, Felipe Saavedra.
“Los análisis de factibilidad demuestran que el yacimiento dispone del potencial necesario como para convertirse en una de las mayores minas de menor costo de cobre en el mundo, además de que hay muchas posibilidades de expandir aún más –a través de la exploración– los recursos detectados hasta ahora”, aseguró el funcionario.
Mediante un comunicado de prensa, la minera de origen canadiense precisó que, durante sus primeros cinco años de operaciones, Los Azules podría producir unas 255.000 toneladas (Tn) del recurso, y que la vida útil del complejo superaría los 35 años. “La construcción de la mina y la planta de procesamiento demandará una inversión calculada en $ 3.900 millones”, indicó la empresa.
En un primer momento, la producción de cátodos de cobre estaba pensada para llevarse a cabo en Chile, lo que requería la construcción de un mineraloducto, idea hoy descartada. A grandes rasgos, los nuevos planes contemplan producir dichos insumos a nivel local, al implementar in situ un proceso de lixiviación por autoclave y, adicionalmente, lixiviar el mineral de baja ley.
Cambio de planes
Con la reformulación de sus planes operativos, la idea de McEwen es “mejorar los rendimientos económicos asociados con el proyecto mediante la disminución de los costos de operación y de capital, el aumento de la cantidad de material disponible para el procesamiento y la reducción de impuestos a la exportación”.
En primer término, se optimizará el proceso de flotación, método con el que se extrae el cobre, alterando el tamaño de la roca molida. Hasta el momento, los resultados obtenidos a modo de prueba son favorables.
En segunda instancia, variará la forma de exportar el cobre, que en un principio iba a enviarse concentrado por un oleoducto hacia un puerto chileno para su posterior traslado y procesamiento en una planta trasandina. En cambio, se lo procesará en la mina con la formación de cátodos de cobre (planchas) para reducir los impuestos a la exportación.
Finalmente, la compañía apostará por la reutilización de materiales que a priori consideraba descartables, los cuales podrían aprovecharse para la fabricación de pilas de lixiviación. ›|‹