Los consumidores residenciales comenzaron a recibir sus facturas de gas con el aumento de tarifas y retiro de subsidios anunciados por el Gobierno en el mes de marzo. Los nuevos precios, según la categoría de consumidor, implican subas que van desde 100% hasta más de 300%. El encarecimiento del servicio fue calculado para los hogares que no lograron retraer su consumo de gas respecto del bimestre anterior.
Según pudo averiguar El Cronista de fuentes del mercado, el promedio de los nuevos valores según el tipo de consumidor residencial, sin haber ahorrado y consumiendo lo mismo que la factura anterior, resultó de la siguiente manera: los clientes de categoría R1 –aquellos que consumen hasta 500 m3 por año y que representan cerca del 60% de los usuarios– pasaron de pagar $ 142 anuales a $ 290 por año; lo que significa un gasto de $ 48 por bimestre y un salto de 104%. El promedio de suba para la categoría R2 «aquellos que consumen de 500 a 1.000 m3 al año» fue de 202%: pasó de pagar anualmente $ 340 en marzo a $ 1.030 este mes, lo que se traduce en unos $ 170 en el bimestre. Y para los residenciales de categoría R3, que consumen más de 1.000 m3 por año y se dividen a su vez en 4 tipos, pasaron de gastar en promedio para el rango más alto $ 2.400 anuales a $ 10.084, representando costos de $ 1.600 en su factura y una suba de 320%.
Los nuevos precios no se aplicaron a aquellos usuarios que lograron ahorrar. Y es que según los establecido por la resolución 226 de la Secretaría de Energía, los usuarios que reduzcan un 20% de su demanda no tendrán ningún aumento (seguirán recibiendo la totalidad de los subsidios), los que bajen su consumo entre un 5% y un 20% recibirán una suba intermedia, y a los que ahorren menos de un 5% se les aplicará un alza plena. En las empresas todavía no están los números sobre la cantidad de clientes que demandaron menos consumo de gas, pero aseguran que se registró un mayor ahorro en los clientes de menores ingresos.
Al mismo tiempo, en el sector advirtieron que la mayoría de los aumentos todavía no se vio reflejado, porque el frío aún no llegó con toda su potencia. “Es importante remarcar que muchas subas llegarán en los próximos meses, porque hasta el momento el invierno no fue tan frío y aunque la demanda continúa en alza, el sistema no está operando a full”, describió una fuente del mercado. Es por eso además que en las compañías tampoco conocen con exactitud los impactos concretos que los aumentos están generando en sus cajas. Y es que la quita de subsidios estuvo acompañada también por una suba real para pagar el valor del gas en boca de pozo a las productoras (como YPF o PAE) y también para cubrir la tarifa de distribuidoras (como Metrogas o Gas Natural Fenosa) y transportistas (TGN y TGS). Vale destacar que muchas de estas empresas no percibían un aumento hace 15 años.