Según un estudio internacional de Ernst & Young
En 2013, las perspectivas de crecimiento entre las mineras eran de un 44% (con un pico de 55%), mientras que hoy no superan el 36%. Además, el segmento se muestra como el menos optimista con respecto al futuro de la economía global.
El pesimismo gana protagonismo dentro la actividad minera mundial, según un flamante informe de Ernst & Young (E&Y). Apenas un 36% de los 1.600 CEO encuestados cree que su organización crecerá en los próximos 12 meses, frente al 44% que tenía esa ilusión hace un año (con un pico de un 55% hace un semestre).
Un 35%, en tanto, prevé un período de reducción de costos y operación eficiente (el mismo porcentaje que en 2013), mientras que un 24% confía en mantener la estabilidad (un 6% más que un año atrás). El 5% restante considera que deberá luchar para sobrevivir en el negocio (esa proyección negativa era compartida por un 3% de los consultados en 2013).
Con respecto a la gestión de capital del sector, un 47% admitió que hoy el foco está puesto sobre las acciones de optimización, un 34% sobre el crecimiento, un 17% sobre la inversión y un 2% sobre tareas de preservación. El año pasado, esos porcentajes se situaban en un 31%, un 35%, un 27% y un 7%, respectivamente. “Parece claro que las firmas están buscando optimizar su capital a través de la refinanciación, la reestructuración de los balances y la liberación de los activos no estratégicos”, explicó Lachy Haynes, experto en minería de E&Y.
A su criterio, la tendencia es refugiarse de la tormenta a la espera de un nuevo ciclo de bonanza. “Todas las empresas están tratando de establecer una plataforma desde la que puedan ofrecer mayores retornos a los accionistas, mientras se posicionan para la próxima ola de crecimiento”, añadió.
La reducción de costos es actualmente el principal tema de agenda como resultado del interés de los accionistas para un 56% de los directivos. Le siguen el pago de dividendos (31%), la desinversión estratégica (22%) y el análisis de cartera (18%), en ese orden.
En cuanto al nivel de confianza en la disponibilidad de crédito, un 46% de los altos ejecutivos mineros cree que mejorará (la misma proporción que en 2013), un 42% que se mantendrá igual y un 12% que empeorará.
Por otro lado, la minería se muestra bastante más pesimista que el resto de las actividades productivas en cuanto al desenvolvimiento inmediato de la economía planetaria. Un 45% de los mineros avizora una mejoría y un 16% anticipa un empeoramiento, frente a un promedio global de un 60% y un 9%, respectivamente.
Correlato local
La necesidad de “ajustarse el cinturón” y controlar los gastos en una época de “vacas flacas” no es una particularidad exclusiva del mercado minero internacional. En la Argentina, la cuestión es vista como el principal reto sectorial, sobre todo después de que Vale cancelara Potasio Río Colorado, en Mendoza, debido a la duplicación del presupuesto original. Sin llegar a ese extremo, prácticamente todas las empresas se han visto obligadas a revisar gastos, alterar sus cronogramas de trabajo o incluso paralizar parte de sus actividades por la presión inflacionaria.
Un ejemplo paradigmático es el de McEwen Mining, propietaria de Los Azules, en San Juan, que reformuló completamente los métodos de extracción y transporte de cobre que tenía previstos, con la idea de “mejorar los rendimientos económicos asociados mediante la disminución de los costos de operación y de capital, el aumento de la cantidad de material disponible para el procesamiento y la reducción de impuestos a la exportación”, según admitió la firma. ›|‹