Los países emergentes invierten en energías verdes más que las potencias

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

Gracias al impulso de las economías en desarrollo, el presupuesto mundial para la realización de proyectos de generación limpia alcanzó un récord de u$s 286.000 millones, frente a los u$s 130.000 millones invertidos en centrales a gas y carbón.

Durante 2015, y por primera vez en la historia, las denominadas “economías emergentes” invirtieron una suma mayor que las grandes potencias a fin de implementar nuevos proyectos de energías renovables. Así lo indica un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), realizado sobre la base de datos de la Escuela de Finanzas y Administración de Frankfurt (Alemania) y la firma londinense Bloomberg New Energy Finance (BNEF).
Denominado “Tendencias Mundiales en Inversiones en Energías Renovables”, el trabajo puntualiza que el presupuesto para financiar iniciativas eólicas, solares, de biomasa, de biocombustibles, geotérmicas, marinas y de pequeñas centrales hidroeléctricas superó los u$s 286.000 millones, por lo que más que duplicó los desembolsos en proyectos de generación térmica y carbonífera (que totalizaron u$s 130.000 millones).
Según el reporte, el anterior récord databa de 2011, cuando se habían alcanzado los u$s 279.000 millones. Vale destacar que desde 2004 hasta la fecha la producción de energías renovables acumula una inversión de u$s 2.300 millones a nivel global.
Por encima de las subas registradas en 2013 (87 gigawatts –Gw–) y 2014 (106 Gw), el año pasado la capacidad del segmento creció en 134 Gw, volumen que constituye un 53% de la potencia instalada hasta ahora.
De esos 134 Gw, el documento detalla que la producción eólica aportó 62, al tiempo que la solar-fotovoltaica representó 56. Dicho de otro modo, ambas alternativas explicaron casi dos tercios de la nueva capacidad añadida.
La generación a carbón, en tanto, sumó 42 Gw (experimentó un alza anual de un 16,6%), mientras que la térmica adicionó 40 Gw (se elevó un 15,8%), la hidroeléctrica a gran escala incorporó 22 Gw (trepó un 8,7%) y la nuclear hizo lo propio con 15 Gw (aumentó un 5,9%).

versus

Impulso emergente

Los países en desarrollo invirtieron u$s 156.000 millones en energías limpias (un 19% más que en 2014). El ranking lo lideró China (con u$s 102.900 millones y un 36% del total mundial), nación a la que siguieron India (u$s 10.200 millones), Sudáfrica (u$s 4.500), México (u$s 4.000) y Chile (u$s 3.400). El informe también resaltó las crecientes participaciones de Marruecos, Turquía y Uruguay, que desembolsaron más de u$s 1.000 millones.
Según PNUMA, en comparación con los números de 2004 la apuesta de las economías emergentes por el mercado de la generación energética renovable creció ni más ni menos que 17 veces.
Las potencias, por su parte, de-sembolsaron durante 2015 alrededor de u$s 130.000 millones (apenas un 8% más que el año anterior). Un dato curioso es que el presupuesto de Europa descendió un 21% anual (ya que pasó de los u$s 62.000 millones hasta los u$s 48.800 millones), mientras que el de Estados Unidos se incrementó un 19% (al alcanzar los u$s 44.100 millones) y el de Japón se mantuvo inalterable (al situarse en u$s 36.200 millones).
A decir de Achim Steiner, director ejecutivo del PNUMA, estos resultados heterogéneos obedecen fundamentalmente al empuje de China y al lento crecimiento económico del mundo desarrollado. “De todos modos, en líneas generales las energías renovables están cada vez más en el centro del estilo de vida de las personas”, opinó.
A su criterio, el acceso a un suministro energético limpio y moderno supone un enorme valor para todas las sociedades, sobre todo para aquellas que pueden obtener mejoras profundas en la calidad de vida, el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental. “La continua y creciente inversión en energías renovables no sólo es positiva para las personas y el planeta, sino que será un elemento clave en la consecución de los objetivos internacionales sobre el cambio climático y el desarrollo sostenible”, concluyó. ›|‹

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