Una semana después de haber recibido un pedido de quiebra para Inversora Eléctrica de Buenos Aires (IEBA), Alejandro Macfarlane logró encarar un plan de reestructuración de la deuda de la distribuidora mediante el uso de un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), para refinanciar un pasivo de u$s 130 millones. Lo hará mediante una combinación de efectivo y nuevas Obligaciones Negociables (ON) que reemplazarán a las emitidas en 2007 y que tienen vencimiento en 2017, además de otra serie con igual vencimiento por u$s 4,7 millones. Los términos del proceso regirán para esta distribuidora que que presta servicios en 17 localidades de la provincia de Buenos Aires y es dueña de EDEA que tiene más de 510.000 clientes y sede en Mar del Plata.
Según informó la empresa ayer a la Bolsa de Comercio, los tenedores de más del 55,8% del capital e intereses adeudado aceptaron suscribir los convenios de respaldo (support agreements) al APE. De este modo busca dejar atrás una crisis cuyo origen, como las del resto de las distribuidoras energéticas, está en el congelamiento de tarifas dispuesto en 2003 que significó fuertes caídas de ingresos, balances negativos y reducción de flujos de caja debido a la desactualización de sus ingresos frente a la inflación y a la suba de costos.
Para intentar recomponer los números de su empresa, Macfarlane plantea el APE según varias alternativas atadas al porcentaje de aceptación que logre el plan. Si no llega al 66,67% presentará el APE a la justicia y pedirá una asamblea de tenedores de ON para intentar obtener el respaldo de la mayoría requerida por la Ley de Concursos y Quiebras para la homologación de dicho acuerdo. Si llega al 66,67% de adhesión también presentará el APE a la justicia pero procederá a procurar su homologación y entregar las nuevas ON. En el caso de que la participación llegue como mínimo a entre el 85% y 90% llevará a los tribunales el canje de deuda de manera directa y podrá homologar el proceso, según consignó El Cronista.
Una vez elegida alguna de estas tres opciones, ofrecerá dos variantes o una combinación de ambas para reestructurar el pasivo. La primera es la recompra de 60 millones de bonos a u$s 43 centavos, lo que equivale a un total de u$s 25.8 millones. Esto devengará un interés anual de 9% desde el 26 de diciembre de 2014. Dicha acción comenzará a regir una vez homologada la reestructuración judicialmente. La segunda es emitir un bono IEBA 22 por u$s 75 millones y tiene el siguiente esquema de amortización: u$s 1,5 millones en 2019; u$s 6 millones en 2020; u$s 7,5 millones en 2021 y u$s 60 millones en 2022.