Luego de un encuentro que mantuvo recientemente la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner con el mandatario ruso Vladimir Putin, la posible instalación de una central termonuclear despertó la indignación de agrupaciones ecologistas de la Argentina. Según consignó El Retrato de Hoy, la organización no gubernamental BIOS Argentina recordó a las autoridades nacionales que es “ciertamente antidemocrático avanzar con proyectos a fuerza de borrar las legislaciones protectivas locales”, debido a que en Mar del Plata existe una ordenanza que impide justamente este tipo de iniciativas energéticas. Concretamente se dio a conocer que el acuerdo de energía nuclear entre ambos países “se sustentará con la gigante estatal rusa Rosatom para el futuro desarrollo de la planta de Atucha III, una industria termonuclear en Mar del Plata y otros proyectos en la Patagonia”. En 1997 el Concejo Deliberante de General Pueyrredón sancionó la Ordenanza 11.460 que en su primer partido declara al Partido como “zona no nuclear”. El segundo artículo, en tanto, establece: “Prohíbese en el Partido de General Pueyrredón, la instalación de centrales nucleares, depósitos transitorios, temporarios o permanentes de residuos o materias primas radioactivas, plantas o establecimientos de cualquier tipo que elaboren o utilicen durante el proceso de producción elementos que pudieran provocar contaminación radioactiva, prohibiéndose asimismo el transporte de la citada sustancia o materiales por cualquiera de los medios de transporte, sea aéreo, terrestre o marítimo”.