Más del 80% de los biodigestores en funcionamiento en la Argentina desaprovechan su potencial para producir gas al ser usados sólo para el tratamiento de efluentes, destaca con el informe «El biogás en la Argentina: mapa de situación» difundido hoy por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
«Si se aprovechara el biogás que se desperdicia actualmente en los biodigestores nacionales, se podrían generar más de 4.200 garrafas extras de 1 kilogramo por día (lo que equivale al consumo promedio mensual de 420 hogares)», puntualiza.
El informe es el resultado de un trabajo realizado con la colaboración del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y otras entidades a fin de elaborar un plan estratégico y sostenido de aprovechamiento del biogas para diversificar la matriz energética argentina.
Del censo realizado se determinó que en el país existen 105 plantas que utilizan biodigestión anaeróbica, concentradas mayoritariamente en Santa Fe (27%), mientras que las restantes se ubican en 16 provincias.
De ese total, el estudio relevó el funcionamiento de 62 plantas, que emplean biodigestores ya sea para el tratamiento de efluentes o para la generación de energía.
De las plantas relevadas, el 53% corresponden al sector privado y el 37% al sector público, en tanto que el resto se dividen entre organizaciones no gubernamentales, cooperativas y desarrollos familiares.
En relación a su funcionamiento, el 85,3% utilizan los biodigestores para el tratamiento de efluentes, en tanto que del sector privado sólo un 6% los utiliza con fines energéticos.
En el sector público el 54,2% se construyeron con fines de tratamiento, y el 33,3% con funcionalidad educativa o de investigación.
“El trabajo realizado da cuenta de la existencia de un sector industrial que entiende a la biodigestión anaeróbica como una etapa necesaria dentro del tratamiento de sus efluentes, y no como una alternativa exclusiva de generación de energía”, explica Víctor Goicoa de INTI-San Luis, quien formó parte del equipo de trabajo.
Otro de los resultados que se observa es que los déficits de los equipos instalados tienen su origen en diferentes tipo de falencias operativas, constructivas y tecnológicas, lo cual permitirá planificar acciones articuladas entre el sector público y privado, orientadas a favorecer el despegue del sector bioenergético, para el cual nuestro país cuenta con importantes ventajas competitivas.
“Entre las metas que deben figurar necesariamente en la agenda que el sector tiene por delante se encuentran el desarrollo de un manual de recomendaciones de seguridad en plantas de biogás, y la consolidación de capacidades de laboratorio y asistencia técnica en todo el territorio nacional. En todas estas líneas, el INTI puede asistir a la industria y brindar su experiencia para potenciar el sector”, señaló Goicoa.