Según Alejandro Neme, presidente de EMESA, la empresa provincial
La provincia cuyana tiene en carpeta aprovechamientos solares, eólicos, hidráulicos, de biomasa y de residuos sólidos urbanos para generar e incorporar 117 megawatts de origen limpio.
La Empresa Mendocina de Energía (EMESA) promoverá la llegada de inversiones a la provincia gobernada por Francisco “Paco” Pérez por cerca de u$s 450 millones. De ese modo, la firma prevé sumar unos 117 megawatts (Mw) de energía de origen limpio a la capacidad instalada a nivel provincial.
Así lo anticipa Alejandro Neme, ex director de Distrocuyo que asumió la presidencia de EMESA con aval del titular de YPF, Miguel Galuccio. “La intención es convertirnos en el brazo ejecutor de la política energética mendocina. No como una operadora de redes, constructora de instalaciones, productora, distribuidora o comercializadora de energía; y tampoco como una autoridad de aplicación u órgano de control, sino como una firma operativa a cargo de derechos de exploración y explotación a licitar”, explica el directivo.
Además de procurar una mayor participación provincial en la riqueza producida sobre la base de los recursos energéticos y su cadena de valor, la flamante compañía apunta a incrementar la generación de una serie de energías alternativas. “La idea es asegurar la seguridad y confiabilidad del abastecimiento local, y al mismo tiempo contribuir con el cuidado ambiental”, asegura.
Con ese ambicioso objetivo, EMESA impulsará la concreción de distintos proyectos de captación de vientos y rayos solares, pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, iniciativas biomásicas y puesta en valor de residuos sólidos urbanos (RSU).
“Tan sólo en el ámbito solar-fotovoltaico, tenemos previstas inversiones por unos u$s 185 millones para disponer de 60 Mw adicionales de energía”, precisa Neme. En efecto, hay planes para instalar 20 Mw de potencia en Luján de Cuyo, otros 20 Mw en la zona industrial de Lavalle y dos parques de 10 Mw cada uno en Jocolí.
Nueva matriz
En materia eólica, Neme destaca la instalación de 30 Mw en Malargüe y San Rafael, lo que demandará un desembolso de $ 380 millones; es decir, unos u$s 73 millones. “En cuanto al aprovechamiento energético de nuestros ríos, hay tres iniciativas en carpeta por poco más de 6 Mw: una de 4,5 Mw en Cacique Guaymallén, otra de 1,5 Mw en Canal San Martín y una tercera de 70 kilowatts (Kw) en Las Loicas”, puntualiza.
Para nada menor será la inversión proyectada en términos de RSU: u$s 150 millones para obtener unos 15 Mw. “Asimismo, se invertirán $ 170 millones (u$s 32,7 millones) en dos emprendimientos biomásicos pa-ra incorporar 6 Mw más: uno de 5 Mw en General Alvear y otro de 1 Mw en el Parque Biotecnológico”, completa.
Una vez concretadas estas obras, Mendoza contará con una renovada matriz de generación eléctrica. Actualmente, un 44% de la capacidad instalada en la provincia (o sea, unos 1.407 Mw) tiene procedencia hidráulica tradicional, mientras que un 16% de la energía se obtiene por vías hidráulicas de bombeo.
El resto de la oferta se divide entre las centrales de combustión a vapor (26%), las de turbo vapor (9%) y las de turbo gas (5%). No hay generación con diesel.