La industria argentina de biodiesel no sólo debe afrontar el bloqueo comercial impuesto por la Unión Europea (UE), sino también una serie de problemas internos producidos a partir de la intervención del Gobierno nacional en el mercado local. Según la Política Online, esto porque el kirchnerismo -por orden de Guillermo Moreno y Axel Kicillof- desarmó un novedoso sistema de mezcla de biodiesel con gasoil cuyo objetivo era llegar a un 10% durante el presente año 2013. El plan era que en junio pasado dicho cupo llegara a representar casi 100.000 toneladas de biodiesel. Sin embargo, ambos funcionarios dispusieron que en julio el corte de biodiesel se reduzca a menos de 80.000 toneladas mensuales. De esta manera, las plantas elaboradoras de biodiesel -ubicadas en la zona de influencia de Rosario- podrían haber afrontado de mejor manera el bloqueo dispuesto por las autoridades de la UE en represalia por la expropiación de YPF. Pero, ¿por qué el Gobierno ahora decide atentar contra una industria creada en 2007 por impulso de la propia gestión kirchnerista? Para Claudio Molina, director de la Asociación Argentina de Biocombustibles, “a las compañías petroleras les conviene más importar gasoil porque está desgravado que incorporar biodiesel en el mercado local que tributa un 41% de impuestos”. “Se está atentando contra la compra de un producto nacional otorgando un tratamiento impositivo diferencial a un producto importado, mientras la industria local de biodiesel presenta un alto porcentaje de capacidad ociosa”, explicó.