Dos de los yacimientos de gas y petróleo más importantes del país, ubicados en Neuquén, debieron paralizar ayer totalmente su producción debido a una disputa territorial entre una comunidad mapuche y el gobierno provincial que terminó directamente en la toma por la fuerza de las instalaciones de la principal operadora de la zona, YPF.
Fue justamente la compañía estatizada la que, por cuestiones de seguridad, debió frenar la actividad en Loma la Lata y Loma Campana. De acuerdo con un comunicado que YPF envió a los medios, la medida «podría generar en el corto plazo, falta de gas y de combustibles en el mercado nacional».
Según informó la compañía que dirige Miguel Galuccio, la comunidad paynemil ya mantenía hacía 48 horas un bloqueo al acceso a Loma la Lata y ayer «forzaron en forma violenta la salida del personal de guardias mínimas en las plantas de la zona». YPF informó que ya realizó una denuncia penal para que se levante el bloqueo y se permita que «personal de la compañía, en forma urgente, despliegue un operativo de emergencia para revertir la situación de riesgo en sus operaciones».
«Los riesgos son difíciles de dimensionar en la actual situación. Con las instalaciones completamente desatendidas, podrían generarse derrames y hasta incendios en las plantas», advirtieron en la empresa.
El gobierno provincial también informó de los hechos a través de una comunicación oficial y repudió «las acciones de extorsión y los hechos de violencia irracional» de esa comunidad mapuche. Desde la oficina del gobernador, Jorge Sapag, indicaron que se dispuso la presencia en el lugar del secretario de Ambiente de la provincia, Ricardo Esquivel, y del subsecretario de Seguridad, Guillermo Pereyra, «para constatar el daño ambiental y para que, en base al diálogo, se pueda restablecer la operación de los ductos, permitiendo el ingreso de los trabajadores y técnicos a las instalaciones».