Faltan 28 meses para que Pampa Energía modifique la imagen de las 250 estaciones de servicio que pertenecían a Petrobrás, pero la compañía que preside Marcelo Mindlin se tomará los próximos 30 días para decidir el futuro de los activos del área de «downstream», que además de las bocas de venta de combustibles incluye la refinería ubicada en la localidad de Bahía Blanca.
Un equipo de especialistas se encuentra trabajando para definir si la firma se desprende de la red de expendedoras, o por el contrario, se aboca a su desarrollo.
En el caso de la primera alternativa, recientemente tomó estado público la intención del Alejandro Macfarlane de ingresar al negocio, tras desprenderse de la eléctrica Edelap. Y habría otros interesados, entre ellos el grupo holandés Trafigura.
De prosperar la otra determinación, la intención sería incrementar la presencia de la imagen propia por todo el país. La petrolera encargó a expertos en marketing que delineen una estrategia para llevarla a cabo.
En tanto, fuentes de la empresa no descartaron que se vendan selectivamente algunas estaciones de servicio como ya sucedió con la ubicada en Libertador y Pampa y la de Cabildo y Jaramillo de la Ciudad de Buenos Aires, cuya cotización ascendió a u$s36 millones.
«La misma suerte podrían correr la de Libertador y Pasteur en la localidad de Martínez y otra que se sitúa en el barrio porteño de Once«, afirmaron al portal Surtidores empleados que prestan tareas en el despacho de combustibles, preocupados por su continuidad laboral.
Actualmente, más del 70% de los establecimientos que pertenecían a la empresa brasileña están concentrados en la Ciudad y provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.