Entrevista con el director nacional de Minería, Miguel Ángel Guerrero
El impacto de la crisis internacional sobre la demanda y los precios de los productos mineros no impide que el segmento atraviese un buen momento a nivel local, según Miguel Ángel Guerrero, director nacional de Minería. “Ya somos el país con más inversión en litio y pronto seremos un gran jugador en el mercado mundial del cobre”, vislumbra.
A pesar de la crítica situación financiera a escala global, que provoca menores demandas de productos mineros y una caída en su cotización, y la incertidumbre que predomina en el sector privado, el director nacional de Minería, Miguel Ángel Guerrero, considera que es un buen momento para la actividad en la Argentina. “Hoy somos una nación ampliamente conocida por nuestras reservas de metales preciosos, pero también tenemos potencialidad para desarrollar más cobre y minerales industriales como la caliza y el litio”, sostuvo en diálogo con este medio.
Según sus proyecciones, el país se convertirá próximamente en uno de los grandes jugadores en el plano cuprífero, además de poseer reservas para posicionarse entre los principales productores de litio, oro, plata y boratos, entre otros minerales. “Queremos hacer saber al sector minero internacional que todo lo que estamos viendo es sólo la punta del iceberg de un ciclo virtuoso para la minería argentina”, destaca.
Con ese objetivo, asegura que el Estado concentrará esfuerzos para profundizar el plan minero nacional. “Continuaremos con la promoción de constitución de Empresas Públicas Provinciales (EPP), como un modo eficaz de impulsar una mayor participación en la renta minera por parte de las provincias. También incrementaremos la presencia porcentual de las EPP en los nuevos proyectos productivos, avanzaremos en la creación de fideicomisos –financiados por los emprendimientos– para desarrollar infraestructura con lógica productiva y aprovechamiento comunitario, y respaldaremos la creación de agencias de desarrollo social para la generación de microemprendimientos que den sostenibilidad al proceso económico más allá del ciclo de vida útil de los yacimientos”, promete.
Asimismo, resalta la importancia del Acuerdo Federal Minero, para fortalecer la matriz productiva provincial, y de la Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI), para estimular el ambiente de negocios mediante la interacción de los gobiernos con los inversores y la sociedad civil.
¿Cómo se trabajará para integrar el sector minero con el entramado industrial local?, preguntamos a Guerrero.
Seguiremos desarrollando acciones tendientes a la profundización de la sustitución de importaciones, al desarrollo de proveedores locales, al aumento del valor agregado de la producción (mediante un anteproyecto para la construcción de una planta de fundición y refinadora de cobre) y a la conformación de nuevos mercados que favorezcan la actividad de las Pymes mineras (de rocas ornamentales y minerales industriales).
¿Qué expectativas de inversión hay para este año?
Esperamos sobrepasar los u$s 4.000 millones en inversiones y superar el valor exportable de 2012, que fue de u$s 5.300 millones.
Vale destacar que el año pasado fue excelente para nuestra minería. Se multiplicó por 8 la inversión de riesgo en exploración con respecto a 2003. Se potenció la construcción de nuevos proyectos y las ampliaciones productivas con $ 18.701 millones (un incremento de 3.356% en comparación con 2003).
En efecto, alcanzó su plena capacidad productiva el proyecto Casposo (en San Juan), entró en etapa final para la producción el Salar del Rincón (Salta), comenzó la construcción en Lomada de Leiva (Santa Cruz) y avanzó la construcción en Don Nicolás (Santa Cruz), Lama (San Juan) y Cerro Negro (Santa Cruz), entre otros.
Por otro lado, se dio un extraordinario proceso de reinversión de utilidades por parte de las empresas productoras.
¿Qué lectura hace de la suspensión del proyecto de Potasio Río Colorado?
Después de una inversión superior a los u$s 1.000 millones (a los que debe adicionarse una cifra cercana a los u$s 800 millones como precio de adquisición), la brasileña Vale decidió unilateralmente la suspensión de actividades por problemas derivados de su capacidad financiera.
Esto creó no sólo un problema económico para las jurisdicciones implicadas, sino también –y lo que es más ruinoso– un fenomenal conflicto social por la suspensión de más de 6.800 puestos de trabajo directos. Ante esta coyuntura, lo que puedo asegurar es que tanto el Gobierno nacional como las áreas provinciales involucradas hoy se encuentran buscando alternativas que permitan la reanudación de las tareas paralizadas. ›|‹