Desde el consejo encargado afirman que por el calentamiento global hay un retroceso de los cuerpos de hielo.
Para julio del año próximo aseguran que estará terminada la primera actualización del Inventario Provincial de Glaciares, un instrumento creado por ley para la protección de los cuerpos de hielo en la provincia. Actualmente hay dos institutos de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) trabajando en esa tarea, pero los informes ya indican que «están retrocediendo» por efecto del fenómeno del calentamiento global. «Es una tendencia mundial, no es solamente una cuestión en San Juan», dijo Laura Assandri, directora de Articulación Institucional de la Secretaría de Ambiente.
Mediante la Ley provincial 1076-L, del 2010 (ver aparte), se estableció la creación del Consejo Provincial de Coordinación para la Protección de Glaciares, que tomó la decisión de encarar un estudio profundo de los glaciares en la provincia. El primer relevamiento se completó entre los años 2015 y 2017 y ahora corresponde realizar la primera actualización, que la quieren tener lista para el año próximo.
¿Para qué sirve el estudio? El relevamiento permite contar con un instrumento para determinar si en un determinado lugar en el que se pretenda desarrollar cualquier actividad, que puede ser turística o productiva, como la minería, hay un cuerpo de hielo. Así se podrá establecer si esa actividad se puede llevar adelante o no porque, por ejemplo, habrá que hacer una obra de ingeniería para no afectar un glaciar, explicó la funcionaria.
La directora explicó que desde el 2010, año en el que se empezaron a estudiar los glaciares, hasta ahora, y por efecto de las condiciones de cambio climático y calentamiento global, la mayoría de los glaciares han tenido un retroceso. Pero aclaró que «no es posible estimar un porcentaje, si que el frente de todos los glaciares ha retrocedido, dentro de una tendencia mundial, es decir que no es solamente un fenómeno de San Juan».
San Juan es la primera provincia del país en contar con este instrumento de protección porque con posterioridad a la ley provincial se dictó a nivel nacional una norma de presupuestos mínimos de protección de glaciares. Allí se estableció que el encargado de realizar el inventario nacional es el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) a través del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla).
El relevamiento contiene tres niveles. El 1 hace es para saber cuántos glaciares hay en la provincia, de qué superficie son y donde están ubicados. El nivel 2 consiste en el estudio de fluctuaciones, es decir que consiste en ver cuánto han avanzado o retrocedido los glaciares en los últimos 40 años. Se hace con estudios de imágenes satelitales y vuelos a los lugares, para establecer si han habido avances o retrocesos. Por último, el nivel 3 consiste en el estudio de ciertos cuerpos de hielo seleccionados, con balance de masa y el aporte hídrico que pueden tener a la cuenca. «Es un estudio muy profundo que se le hace al cuerpo de hielo seleccionado para poder tener parámetros más finos», dijo Laura Assandri.
La tarea del consejo local
La Ley 1076-L estableció la creación del Consejo Provincial de Coordinación para la Protección de Glaciares, que integran representantes de la Secretaría de Ambiente y de los ministerios de Minería y de la Producción, además de miembros de Policía Minera y un diputado por bloque con representación parlamentaria.
Como se trata de realizar un estudio muy profundo, el consejo firmó actas complementarias con la UNSJ y se dividió la provincia en dos cuencas, la del río Jáchal, que ha estado a cargo del Instituto de Investigaciones Hidráulicas de la Facultad de Ingeniería. La otra, la cuenca del río San Juan, ha estado a cargo de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la casa de estudios. Fuente: Diario de Cuyo
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