De la información acercada por las petroleras a la Secretaría de Energía se desprende que, de no mediar un cambio significativo en los indicadores estructurales del sector, la industria proyecta un escenario a mediano plazo en el que se acentúe la tendencia actual, que da cuenta de una caída de la oferta de hidrocarburos que se repite ininterrumpidamente desde 1998 en el caso del crudo y desde 2005 para el gas. Así lo advierte la cartera que responde a Daniel Cameron a partir de la publicación de un pronóstico de cara a 2016, que contempla una retracción de la oferta de petróleo de un 18% para ese año y un fuerte descenso de la producción de gas, del orden del 28,3%.
Según lo informado por los productores a Energía, la oferta de crudo se reducirá en 2016 hasta los 27,29 millones de metros cúbicos (MMm3) del hidrocarburo, un 18,02% por debajo de la oferta proyectada por las compañías para 2012 (33,29 MMm3).
El traspié de la oferta de gas que se prevé es todavía mayor: de acuerdo con las proyecciones realizadas por las petroleras, la extracción del fluido caerá un 28,3%, de 43.470,02 MMm3 del fluido en 2012 a 31.310,03 MMm3 en 2016.
Los dos grandes productores del hidrocarburo, la francesa Total e YPF, que en conjunto explican más del 52% de la oferta a nivel nacional, informaron un descenso similar, del 24,4% y del 28,3% respectivamente. Pan American Energy (-52,7%), Pluspetrol Energy (-61%), Petrobras Energía (-3,28%) y Apache Energía (-41,1%), otros de los grandes players de la industria gasífera, también proyectan un rendimiento a la baja de sus campos productivos.
El panorama en el caso del crudo encuentra a YPF –el mayor player, con un 32% de la producción argentina– con una proyección de incrementar la producción primaria en un 63% y a PAE –el segundo en el ranking– con el pronóstico de aumentar un 22% su performance.
Tendencias
El documento en formato Excel elaborado por la Secretaría de Energía pone en común datos que deben presentar las petroleras. Si bien son sólo pronósticos estimativos, que pueden variar en la medida en que se modifiquen las tendencias del sector, es una herramienta que sirve para ver qué escenario a mediano plazo están pensando los directivos de la industria.
“Está claro que si no incrementamos los niveles de exploración en la búsqueda de nuevas reservas y no se certifican nuevos depósitos a partir del desarrollo de áreas convencionales y de los yacimientos de shale oil y shale gas, el país va en camino a elevar sus niveles de importación de energía debido a la retracción de la oferta local de hidrocarburos”, advirtió un encumbrado ejecutivo del sector, que pidió la reserva de su nombre.
En esa dirección, aunque menos rápido de lo que quisieran en la industria, la exploración empieza a recobrar intensidad en la Argentina, fundamentalmente debido al apetito de las petroleras por conocer la real dimensión de Vaca Muerta, que es señalada en la industria local e internacional como uno de los grandes reservorios no convencionales de hidrocarburos del planeta.
De perforar escasos 28 pozos de exploración en 2010, uno de los mínimos históricos desde, por lo menos, mediados del siglo pasado, el sector pasó a colocar 85 en 2011 y 112 en lo que va de este año, según cálculos de Gualter Chebli, geólogo y consultor de Phoenix Oil & Gas.
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