Acuerdo entre muchos de los referentes del sector
Por la inflación, algunos proyectos de construcción más que duplicaron sus presupuestos iniciales. Casi todos los ejecutivos consultados señalaron ése como el mayor problema, seguido por los reclamos salariales, los inconvenientes para importar y las críticas ambientalistas.
Por Carlos Balboa
Para los empresarios mineros argentinos hay una preocupación de cara a 2014 que se destaca sobre el resto: contener los incrementos de costos que encarecieron en los últimos años sus proyectos en el marco de la inflación argentina. Ésa es la principal conclusión a la que llegaron algunos de los barones de la industria consultados por El Inversor Energético & Minero.
El caso que hizo más ruido fue el de Vale, que decidió cancelar Potasio Río Colorado, en Mendoza, debido a la duplicación del presupuesto original. “Existe una brecha insalvable en relación con el costo de los materiales, de los recursos humanos y las tasas de cambio”, justificó el CEO de la minera brasileña, Murilo Ferreira, al abandonar la iniciativa de u$s 6.000 millones.
Sin llegar a ese extremo, prácticamente todas las empresas se han visto obligadas a recortar gastos, alterar sus cronogramas de trabajo o incluso paralizar parte de sus actividades por la presión inflacionaria. Por ejemplo, McEwen Mining, propietaria de Los Azules, en San Juan, reformuló completamente los métodos de extracción y transporte de cobre que tenía previstos, con la idea de “mejorar los rendimientos económicos asociados mediante la disminución de los costos de operación y de capital, el aumento de la cantidad de material disponible para el procesamiento y la reducción de impuestos a la exportación”, según admitió la firma en un comunicado.
“Estamos llevando a cabo una agresiva política de contención de costos. Creemos que no hay otra forma de mantenernos competitivos”, reconoce, por su parte, el número uno de una importante minera que está a punto de divulgar sus resultados operativos en lo que va del año. “Hemos trabajado muy bien al respecto, por lo que somos optimistas”, agrega.
Comparten los buenos augurios en Goldcorp, donde se confía en la evolución del desarrollo minero nacional a partir del potencial de los recursos y el capital humano disponible. “No obstante, es indudable que tanto la inflación como las medidas de fuerza sindicales afectan negativamente la competitividad del sector”, advierte un directivo de la firma, cuyo presupuesto total para la construcción de Cerro Negro fue elevándose paulatinamente desde u$s 750 millones, en 2011, hasta casi u$s 1.800 millones, en la actualidad (más del doble).
De norte a sur
Al culminar los análisis de factibilidad de Lindero, un yacimiento de oro y cobre ubicado en Salta, Mansfield Minerals decidió implementar una reevaluación técnica y un replanteo presupuestario que llegó a poner en duda la continuidad de las exploraciones, hoy relanzadas.
De acuerdo con Daniel Blasco, gerente general de Sales de Jujuy, que está terminando de construir el proyecto Olaroz, no hay mayor reto que mantener o incrementar el ritmo de la actividad ante el actual panorama. “Se requiere mucha imaginación y creatividad para afrontar y minimizar los problemas vinculados con los costos, la responsabilidad social y la aplicación de las normas”, señala.
En el sur del país, en tanto, el responsable de uno de los mayores proyectos metalíferos de Santa Cruz cree que el dinamismo de los precios a escala global resulta, incluso, más previsible que a nivel local. “Y la inflación no sólo impacta sobre nuestros costos, sino que también genera reclamos salariales desmedidos, huelgas y piquetes, entre otros problemas”, añade.
Por si fuera poco, la carga impositiva que afronta la minería argentina está entre las más altas de Latinoamérica. Así lo afirma Horacio Gabriel, gerente de Relaciones Comunitarias de Minera Triton, quien estima que la participación total de los gravámenes oscila en torno a un 45% y un 50%. “Estamos hablando de porcentajes similares a los que se aplican en países líderes como Australia y Canadá, a lo que debe sumarse la problemática distribución de los impuestos entre Nación, las provincias y los municipios”, critica.
¿Un motivo más para preocuparse? Un informe elaborado por el Consejo Minero de Chile, sobre la base de proyecciones tarifarias de la consultora internacional Wood Mckenzie y la Agencia Internacional de la Energía, vaticina que la industria minera argentina estará entre las cinco naciones con mayores costos energéticos durante los próximos años. Con un valor estimado en u$s 7,8 por kilowatt/hora (Kw/h) hasta 2020, el país sólo se ubicará por debajo de la República Democrática del Congo (u$s 14,1 por Kw/h), Chile (u$s 12,1 por Kw/h), México (u$s 9 por Kw/h) y Angola (u$s 8,8 por Kw/h).
Aquí y allá
Para Ignacio Bustamante, presidente ejecutivo de Hochschild, titular de San José y de otros cuatro proyectos exploratorios, la Argentina ofrece desafíos muy distintos de los de otras plazas mineras. “De todos ellos, el más grave es sin dudas la inflación, especialmente en cuanto a los costos laborales”, sentencia.
A criterio de Eric Roth, ex CEO de Extorre Gold Mines, el encarecimiento de los precios en el país pareciera ser crónico. “Las inversiones iniciales en nuestra actividad siempre son muy fuertes, al tiempo que los costos de producción van escalando sin pausa, año tras año”, manifestó.
Bajo estas condiciones, el rubro más afectado es la exploración, lo cual resulta dramático según la visión del presidente de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD), Manuel Benítez. “La minería nacional debe seguir perforando si quiere estar preparada para cuando sea realidad una recuperación del mercado global que hoy se vislumbra incipiente”, anticipa.
Tal vez sea un alivio saber que el aumento de los costos constituye una predicción que trasciende nuestras fronteras. “En el futuro inmediato, la actividad deberá lidiar con menores leyes de mineral, yacimientos situados en zonas más remotas o con mayores riesgos geopolíticos y regulatorios, e infraestructuras cada vez más costosas. En síntesis, extraer recursos mineros será cada vez más caro y difícil en todo el mundo”, pronostica Colin Becker, socio líder de Consultoría y Asesoría Empresarial en la filial chilena de PwC.
No casualmente otra consultora, Deloitte, identificó la gestión de costos –en su informe “Tracking the Treads 2014”– como el mayor desafío minero a sortear. “Pese a la debilidad que expresan los valores de los commodities, los costos productivos siguen tercamente altos. Para afrontar la inflación, promover la eficiencia y reconstruir la confianza de los inversores, las empresas se verán forzadas a poner el foco en la sustentabilidad presupuestaria y la integración de la cadena de valor”, precisó el trabajo. ›|‹