La minera canadiense presentará a mediados de 2015 las modificaciones al proyecto. Cree que tendrá un trámite relativamente rápido por las necesidades de inversión de Chile.
Aunque todo lo que implica al mundo de la minería está sumido en la incertidumbre que provoca la caída de los precios de los metales a nivel internacional, Barrick, la principal productora de oro del planeta, parece tener algunas certezas con respecto a Pascua-Lama, el mayor proyecto potencial del rubro a desarrollarse en el país y en Chile, que fue momentáneamente suspendido el año pasado. Por un lado, la empresa seguirá adelante con la iniciativa, que considera fundamental para el futuro de la compañía. Pero al mismo tiempo irá a un ritmo más lento del previsto originalmente.
Una parte importante del futuro de Pascua-Lama se definirá a mediados de 2015. Los equipos técnicos de Barrick tienen previsto presentar la nueva ingeniería de la iniciativa frente a las autoridades chilenas. Es un paso crucial para obtener los permisos y retomar los trabajos de construcción de todo el proyecto. El país vecino había suspendido la obra luego de una autodenuncia que la propia empresa había presentado ante las autoridades.
Una vez que se presente la nueva ingeniería, la marcha de los trámites escapa de la órbita de trabajo de Barrick. Una fuente muy cercana a ese procedimiento le explicó a El Inversor Energético & Minero que del otro lado de la Cordillera pueden tardar desde seis meses hasta un año y medio para aprobar los nuevos papeles, por poner un ejemplo. De todas maneras, en Barrick son optimistas por algunos motivos. El primero: Chile depende en un alto grado de las inversiones en minería, que atraviesan un muy mal momento debido a la baja sostenida en el precio de los metales. Por lo tanto, no tiene grandes motivos para demorar la decisión, que comenzaría a destrabar nuevas inversiones.
Barrick también está interesada en que el proyecto se reanude cuanto antes. Si bien la empresa enfrenta una situación compleja a nivel económico y financiero en sus negocios a nivel mundial, está dispuesta a avanzar, paulatinamente, con la iniciativa, según confío una fuente de trato directo con la cúpula de la compañía en Toronto. Sucede que las obras en Pascua-Lama quedaron a medio hacer. A 4.500 metros de altura, en plena Cordillera, a uno y otro lado de la frontera entre la Argentina y Chile, hay unos u$s 5.000 millones invertidos en distinto tipo de instalaciones. Su mantenimiento demanda varios millones de dólares por mes, un saldo muy negativo para cualquier empresa.
Además, Barrick considera que la puesta en marcha de Pascua-Lama, en los próximos años, mejorará el perfil productivo, económico y financiero de la empresa.
La compañía canadiense espera determinar con precisión cuánto le falta para terminar el proyecto, en términos de tiempo y de inversión, a mediados de 2015.
Por ahora, sigue a la búsqueda de un socio inversor que pueda ingresar al proyecto, pero sin ceder la operación. Todas las miradas apuntan a China, cuyas empresas se caracterizan por contar con un enorme poder financiero y un voraz apetito por sumar recursos naturales a su cartera de negocios: dos características que encajan de manera perfecta con el gigante mundial del oro. Es el principal motivo por el cual Barrick designó, meses atrás, un presidente de la filial china, por primera vez en su historia.
Acorralada por problemas financieros a nivel mundial y la suspensión de la obra del lado chileno por orden de las autoridades, Barrick frenó la construcción de Pascua-Lama, que hasta ese momento era una de las principales iniciativas capaces de ingresar dólares al país. En diciembre del año pasado, la empresa acordó con la gobernación de San Juan, a cargo de José Luis Gioja, reducir fuertemente el personal, que llegaba a los 5.000 empleados. ›|‹