Como suele ocurrir con las decisiones que toma el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, la fijación de precios máximos para las naftas y el gasoil, que dispuso el 10 de abril a través de la resolución 35, ocasionó desbarajustes en el mercado de combustibles.
Hoy, en la reunión de comisión directiva que tendrá lugar en su sede porteña de Avenida de Mayo, los dirigentes de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), que reúne a una porción importante de los dueños de bocas de expendio a nivel nacional, redactarán una nota que le enviarán al funcionario con un pedido que, en otra ocasión, podría resultar llamativo. Le reclamarán que controle los precios de los combustibles que las petroleras (las más grandes son Axion -ex Esso-, Shell, Petrobras y Oil) venden a las estaciones de servicio, informó el portal especializado Surtidores.com. Los dueños de estaciones, en cambio, no criticarán en esta ocasión a YPF, que tiene una modalidad de venta distinta, por consignación, publicó La Nación.
La resolución 35 fijó precios máximos de venta en las bocas de expendio hasta octubre. Para eso, dividió al país en seis regiones y estableció que en cada una de ellas los valores en surtidores podrían alcanzar, como máximo, el mayor precio registrado al día anterior de la publicación de la norma en el Boletín Oficial. Las petroleras certificaron con escribano los precios vigentes al día de publicación de la resolución y lo enviaron a sus estaciones de servicio. Pero les resultó imposible verificar cuál era el del día previo, como pedía Moreno.
Por la norma de Moreno, los dueños de estaciones tienen un tope para aumentar el precio de venta de su producto. En especial en las provincias, la mayoría de las estaciones de servicio alcanzó los topes autorizados, por lo que no pueden seguir remarcando sus pizarras sin transgredir la norma de Moreno. Sin embargo, sostienen que sus costos aumentan debido a que las petroleras no congelaron el valor al que comercializan el producto a las estaciones. El resultado es una disminución sensible de sus márgenes de ganancia, según explicaron en Cecha. De acuerdo con los números que manejan las empresas y las estaciones de servicio, el precio de la nafta premium puede alcanzar, hasta octubre, un máximo de $ 8,950 por litro, mientras que la súper podrá trepar hasta $ 8,60. En algunos casos, la suba de los combustibles superó el 20% desde la decisión de Moreno.