Perú se transformó por primera vez como el mayor exportador de concentrados de cobre a China, el principal consumidor del metal rojo, superando a Chile.
Al menos así lo muestran las cifras levantadas por Bloomberg desde aduanas de aquel país, las que exhiben que a agosto de 2017 el gigante asiático recibió 3,22 millones de toneladas de concentrados desde la nación vecina, mientras que desde Chile llegaron 2,72 millones.
Aunque el año pasado los envíos de concentrados peruanos a China estuvieron cerca de equiparar a los chilenos, los analistas esperan que 2017 cierre con una consolidación del país vecino.
Entre las razones citadas por la agencia figura la larga paralización que enfrentó Escondida, la principal faena de cobre del mundo, a comienzos del año, la que se extendió por 44 días.
En tanto, en el país vecino creció la producción del metal rojo tras la puesta en marcha de proyectos nuevos o grandes expansiones de faenas existentes. Aunque desde la industria también comentan que las cifras son producto de la importante presencia china en Perú, mientras que en Chile no figuran capitales de este país asiático en la propiedad de las grandes faenas del metal rojo. “Los chinos están mucho más metidos en Perú que en otras partes, por lo que no debe resultar sorprendente este resultado”, dice el profesor de la Universidad Católica Gustavo Lagos.
Destaca la operación de Las Bambas, faena comprada por capitales chinos a Glencore en 2014, por la que se pagaron US$ 5.850 millones. El 2016 esta faena produjo 330 mil toneladas de concentrados de cobre, volumen que subirá este año. Lagos indica que las actuales perspectivas son que la mina produzca 425 mil toneladas en el actual ejercicio. “Ha existido un aumento importante de la producción de cobre en el Perú, con expansiones como la de Cerro Verde y de Las Bambas, cuya producción tiene como destino en su mayoría a China”, apunta el especialista.
La mayor presencia de chinos en la industria minera en Perú, según Lagos, se ha dado porque en el país vecino encontraron proyectos más baratos que lo que podían hallar en Chile. “No creo que esta situación se diera porque existiera una barrera del Gobierno chileno, sino que los chinos encontraron proyectos más baratos en Perú. Asimismo, existe una mayor comunidad china en Perú que en Chile, lo que también pudo ser un factor en la toma de la decisión”, opinó.
También existirían otros factores para explicar el fenómeno. El director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, indica que Chile no exporta solo concentrados, sino que también cátodos de cobre, los que representan una cuota importante de los envíos a los distintos clientes.
Pero Guajardo apunta también al peso histórico de los capitales japoneses en las mineras nacionales, en donde participan principalmente como minoritarios en muchas faenas.
“En cuanto a la producción de concentrados chilena, en muchos casos existen contratos de abastecimiento de largo plazo, provenientes de la estructura de financiamiento de los proyectos, que fueron apoyados por empresas japonesas”, explica.
En faenas como Los Pelambres -el principal activo de Antofagasta Minerals-, el 40% de la propiedad está en manos de un consorcio de empresas japonesas, compuesto por Nippon LP Investment (25%) y Marubeni & Mitsubishi LP Holding BV (15%).
En Collahuasi también existe un consorcio nipón minoritario en la propiedad. El único caso en donde operan una mina es Caserones.
Guajardo añade que “en Perú el modelo que se aplicó fue distinto, porque los chinos directamente compraron las minas, cuya producción va en parte importante a abastecer ese país”.
Fuente: El Mercurio