Tras haber cambiado el gobierno, el empresario mendocino Enrique Pescarmona aceleró el proceso de reestructuración de la deuda de su holding que llega a los u$s 1000 millones. Se trata del pasivo que intenta refinanciar Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa) con el objetivo de mantener la compañía a flote aunque a costas de ceder el 60% del conglomerado a los acreedores.
Ayer, logró la adhesión del 51,51% de los acreedores titulares del monto de la deuda, lo cual llevó a la sociedad a realizar una presentación ante el Segundo Juzgado, Circunscripción I de Mendoza, notificando este hecho y anticipando que en las próximas semanas invitará a los acreedores para que expresen su adhesión formal al convenio final establecido en el Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) abierto el año pasado. en el marco del Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) que se espera homologar antes de fin de este año.
Hace dos meses, el grupo ya había informado a la justicia de Mendoza, donde se tramita su concurso preventivo, sobre las negociaciones que viene llevando a cabo con entidades bancarias y otros acreedores para poder alcanzar un acuerdo que le permita reestructurar su deuda con la apertura de un APE, como marco jurídico. Para poder abrir esta puerta, Impsa debe tener el aval de por lo menos el 66% de sus acreedores.
Con el 51,1% ya dispuesto a dar ese aval, en la compañía estiman que no tendrán problemas para sumar el 15% restante necesario para cerrar este convenio en el cual Impsa ofrece ceder el 65% del holding. Es decir, una vez finalizado el proceso de reestructuración del pasivo, Pescarmona y su familia solamente mantendrán directa o indirectamente el control sobre no más del 35% del conglomerado industrial que fundó su abuelo en 1907 bajo el nombre de Talleres Metalúrgicos Enrique Epaminondas Pescarmona en Mendoza.