Aunque la exploración y la producción de minerales en San Juan no se vieron resentidas por los avatares de un 2012 difícil, la Cámara Minera provincial enciende una luz de alerta ante las restricciones operatorias y la inflación.
Culmina un año agitado para la minería, con alzas en los costos y nuevas regulaciones que complicaron el normal desenvolvimiento del sector. No obstante, a criterio de Noemí López, coordinadora administrativa de la Cámara Minera de San Juan (CMSJ), a nivel provincial el balance resulta positivo.
“Aún queda resolver muchos temas que hacen –por ejemplo– a la sustitución de importaciones y a la provisión de servicios en la región, pero a pesar de las mayores trabas y costos la provincia ha mantenido su nivel de actividad tanto en términos de exploración como de explotación, además de haber incrementado la mano de obra ocupada. Si bien se está notando un receso económico en el país, en el segmento aún no se palpa que falte trabajo”, asegura en diálogo con El Inversor Energético & Minero.
Desde su óptica, hoy San Juan puede manifestar en cada tramo de su tierra y en todas sus actividades el cambio producido por el desarrollo minero. “Esta actividad nos ha permitido estar entre las provincias de mayor crecimiento a nivel nacional. Sus resultados se han traducido, a través de fideicomisos, en más líneas de electricidad, cloacas, escuelas, hospitales, instalaciones para telefonía celular, atención médica, programas de educación, preparación de mano de obra, microemprendimientos y Pymes en las zonas más alejadas del territorio sanjuanino”, remarca.
Según sus proyecciones, hay varias razones para vislumbrar un 2013 aún más productivo. “Los avances registrados en Lama-Pascua, la probable llegada de nuevas inversiones y el inicio de operaciones de nuevas empresas invitan a ser optimistas. No obstante, me inquietan los incrementos de costos, la incertidumbre normativa en el país y un eventual agravamiento de las dificultades en torno a la sustitución de importaciones”, señala.
De mayor a menor
Consultada acerca de los mayores desafíos que tiene por delante la minería sanjuanina, López afirma que la problemática más compleja se relaciona con las trabas a la importación. “San Juan no cuenta con una fundición ni con un banco de pruebas, y si bien se hicieron varias reuniones en el Ministerio de Minería provincial para tratar el tema de las sustituciones, no se lograron avances rápidos. Hay repuestos que sólo son producidos por firmas internacionales, que lógicamente no darán la ‘receta’ de sus trabajos, lo que no facilita el rendimiento en tiempo normal de muchas empresas”, advierte.
En segundo lugar, ubica el aumento de los costos, que viene incidiendo negativamente en los presupuestos de las compañías mineras y de servicios. “Prueba de ello es el retraso previsto en Lama-Pascua, que mantendrá su mano de obra, pero demorará más en completar sus trabajos”, ejemplifica.
En cuanto a la liquidación de divisas en el país, admite que fue un asunto complicado especialmente a principio de año. “Si bien un gran número de empresas ha logrado conciliar las operaciones, aún se trata de una dificultad importante para las firmas internacionales”, apunta.
Con respecto a la desconfianza normativa post-expropiación de YPF, afirma que representa una preocupación generalizada en todas las industrias.
Finalmente, indica que los reclamos ambientales y sociales contra la minería seguirán siendo mínimos en San Juan. “Igualmente es lamentable ver que esta industria no puede crecer y ofrecer trabajo en otras provincias que tanto lo necesitan”, concluye.