La reciente irrupción de Pluspetrol, a través de su subsidiaria Litica Resources, surge como un disparador para que otras compañías del sector petrolero inviertan en la producción del mineral. Los puntos en común y la experiencia en operación de proyectos las colocan en una posición ventajosa a la hora de analizar el ingreso al mercado del litio.
Como es de público conocimiento, en los últimos dos años se registró un creciente interés por parte de inversores extranjeros en la exploración y explotación de proyectos de litio en la Argentina, particularmente en las provincias del Noroeste Argentino (NOA).
Este escenario se explica principalmente por la política de cambio, a nivel global, en la generación y aplicación de energía; migrando de energías generadas a partir de la combustión de fósiles a energías limpias. Tradicionalmente el litio tuvo diversas aplicaciones, incluyendo fabricación de vidrios, polímeros y productos farmacológicos, entre otros. Posteriormente, su uso se centró como componente de baterías, principalmente de computadoras, celulares y otros dispositivos electrónicos pero, en los últimos tiempos, su utilización como componente de baterías en vehículos eléctricos e híbridos y de almacenamiento de fuentes de energías renovables disparó su consumo actual y proyectado, y por ende su precio. El interés por parte de los inversores en este mineral creció a la par, a tal punto que compañías hidrocarburíferas comenzaron a tomar partido de esos desembolsos, lo que podría explicarse por los numerosos puntos en común que existen entre la exploración y explotación de petróleo y litio.
Si bien las industrias extractivas (petróleo, gas y minería) tienen diferencias, también presentan muchas similitudes. Entre ellas, tienen como objeto la explotación de recursos no renovables (lo que las diferencia del resto de las industrias); conllevan inversiones a largo plazo, riesgosas y costosas; comparten un ciclo similar: exploración, desarrollo y producción; existe alta incertidumbre sobre la potencialidad geológica de los depósitos; están sujetas a la volatilidad de precios y costos; tienen potencialidad de producir altos retornos; producen un alto impacto social y ambiental; tienen alto impacto político; se desarrollan usualmente en lugares remotos, con limitaciones en materia de acceso, servicios y comodidades; y están sujetas a limitaciones geográfica. Necesariamente, deben desarrollarse en el lugar donde se encuentra el recurso (otras industrias pueden elegir el lugar de asentamiento). “Todos estos puntos en común que comparten las industrias extractivas, en el caso de la explotación de litio y petróleo, se ven acentuados ya que el minado de litio en salmueras en muchos aspectos se asemeja más a una operatoria de explotación de crudo que a un minado tradicional en roca”, explica Matías Olcese, abogado experto en minería del estudio Mitrani, Caballero & Ruiz Moreno abogados, en diálogo con El Inversor Energético & Minero.
Sin perjuicio de las grandes similitudes de ambas industrias, siguen existiendo diferencias. Por ejemplo, están sujetas a otra regulación, otras autoridades y otros actores, incluyendo a los trabajadores de la industria, sindicatos y proveedores de servicios. “Asimismo, tienen una aceptación y percepción de impacto diferente”, reconoce el especialista.
Ventajas
Así como hay similitudes y diferencias, Olcese considera que también hay puntos de complementariedad entre ambas industrias. “Por un lado, el litio puede afectar positivamente a las compañías petroleras, ya que permitirá a éstas diversificar porfolio y desarrollar expertise en un nuevo producto (que podría resultar superador de las energías generadas por combustión de fósiles). Al estar asociado a las energías limpias, su participación en este mercado podría redundar en una mejora en su imagen”, afirma el especialista.
Por el otro lado, la incursión de las compañías petroleras puede afectar positivamente al mercado de litio local. “La industria minera en la Argentina cobró auge recién en los años 90, y en lo que respecta al litio son pocas las compañías que cuentan con proyectos en explotación o con experiencia para llevarla a cabo. Por el contrario, el país posee una larga tradición en materia petrolera y empresas con una vasta trayectoria en la operación de proyectos.
A esto se suma que las compañías petroleras generalmente tienen acceso al mercado de deuda corporativa para fondear sus operaciones, lo cual no es habitual para las compañías mineras, al menos para las junior”, pondera.
Clima de negocios
En ese sentido, el estudio estima que el clima de negocios en materia minera seguirá siendo bueno. “Si bien en lo que va del año las compañías de litio sufrieron un cimbronazo en su capitalización bursátil, vemos que, a diferencia de años anteriores donde el principal foco estaba en el posicionamiento y la adquisición de activos, hoy las compañías están avanzando en sus proyectos y esperamos que brevemente nuevos jugadores comiencen a producir a escala comercial”, resalta Olcese. Asimismo, la reciente irrupción de Pluspetrol, a través de su subsidiaria Litica Resources, podría ser un disparador para que otras compañías del sector petrolero se animen a invertir en esta industria. “Los puntos en común y la complementariedad de ambas industrias, sumado a la experiencia en operación de proyectos, colocan a las compañías petroleras en una posición ventajosa a la hora de analizar el ingreso a este mercado”, confía el especialista.
A su entender, será importante que se tengan presentes las diferencias entre ambas industrias, y no minimizar o desconocer su importancia, para evitar el truncamiento de muchos proyectos. “Por ello, puede resultar favorable que las compañías petroleras hagan su entrada al mercado en asociación con compañías mineras, a fin de que, apoyándose en las complementariedades, se puedan lograr mayores sinergias y sortear diferencias. Al fin del día, los resultados óptimos de explotación se lograrán con un trabajo interdisciplinario, y con los aportes de conocimiento técnico y de la industria que ambos actores pueden efectuar”, señala. El estudio Mitrani, Caballero & Ruiz Moreno asesoró a la compañía canadiense LSC Lithium Corporation en el acuerdo de joint venture con Litica Resources y asesora de manera regular a otras compañías australianas y canadienses con intereses en el sector. ›|‹