Aunque de manera parcial, los automovilistas argentinos disfrutarán en el principio del año próximo unabajaen el precio de loscombustibles, un hecho inédito en la década kirchnerista, en la que las naftas y el gasoil se inclinaron siempre al alza (sólo en los últimos 12 meses se encarecieron 55%).
Será el resultado de un acuerdo que impulsa el Gobierno para traducir en el mercado interno la caída en el precio internacional del petróleo, principal materia prima para producir combustibles.
Ayer fue un día de extensas reuniones en el Ministerio de Economía. El dueño de casa, Axel Kicillof, recibió por la mañana a los gobernadores de las provincias petroleras; por la tarde se reunió con los empresarios del sector y al anochecer, con los jefes sindicales.
Estuvo acompañado por el presidente de YPF, Miguel Galuccio; la secretaria de Energía, Mariana Matranga, y el coordinador del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, el único representante del ministro de Planificación, Julio De Vido, que antes manejaba el área.
Kicillof condujo los encuentros, pero se apoyó en Galuccio para convencer a sus interlocutores. Habló en tono conciliador, aunque puso énfasis en que no quiere una caída en la actividad del sector. Así lo consignó La Nación.
Aunque aún no hay un documento firmado, sí están definidos sus principales lineamientos. Antes de fin de año se anunciará una baja de 7 dólares en el precio de todas las variedades de petróleo que tiene la Argentina.
El barril denominado Medanito, de la provincia de Neuquén, pasará de US$ 84 a US$ 77, es decir, 8,33% menos, mientras que el Escalante, de menor calidad y proveniente de Chubut, pasaría de cerca de US$ 68 a US$ 61, con una baja superior a 10%. El nuevo precio correrá a partir del 1° de enero. No está claro aún cuándo se trasladaría a los surtidores la rebaja.