También influyó la caída de la demanda china
Al resultar más limpio y rentable, el desarrollo a gran escala de los hidrocarburos no convencionales sacudió los cimientos del negocio del carbón a nivel global. Así lo demuestra la caída en desgracia de un gigante como Peabody Energy.
La quiebra de Peabody Energy, la mayor productora de carbón del planeta, es un caso emblemático de los tiempos que corren. El crecimiento que en los últimos 10 años adquirió la producción de hidrocarburos no convencionales en Norteamérica y la disminución que –a partir de la desaceleración de su economía– viene exhibiendo la demanda carbonífera de China configuraron un cóctel letal para la firma estadounidense.
A tono con el desplome del precio del carbón, que se hundió un 75% desde 2011, en menos de una década Peabody vio caer su cotización bursátil desde los u$s 1.300 que cada una de sus acciones costaba en 2008 hasta los u$s 100 del año pasado. Y si el escenario ya era malo en 2015, esta temporada se convirtió en catastrófico: los títulos de la empresa se desvalorizaron hasta los u$s 2 por acción.
A las dificultades que ofrecía el entorno, debe añadirse la desacertada compra en 2011 de su competidora australiana Macarthur Coal por u$s 5.000 millones. A fines del año pasado, la deuda acumulada llegaba a los u$s 6.300 millones. Acto seguido, la firma se amparó en el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras estadounidense, que contempla la opción de reestructurar los pasivos. Pero los mercados vieron en la medida más desesperación que esperanza y le soltaron la mano al gigante minero.
Poco ayudó, por cierto, la marcada política del gobierno de Barack Obama en función de incentivar la puesta en valor de los hidrocarburos no convencionales y reducir la participación del carbón en la matriz energética norteamericana. Gracias a esta decisión estratégica de la Casa Blanca, basada en criterios económicos y ambientales, el año pasado la electricidad generada con shale gas superó a la obtenida por vía carbonífera por primera vez en la historia.
En definitiva, Peabody Energy no pudo evadir el destino que ya habían sufrido cerca de 50 productores de carbón en el mercado de Estados Unidos, entre los cuales figuran competidores de antaño como Alpha Natural Resources, Patriot Coal, Walter Energy y Arch Coal.
Historia centenaria
El origen de la empresa data de hace 133 años, cuando el pionero Francis Peabody –hijo de un prominente abogado de Chicago– destinó a su creación lo que hasta entonces era todo su capital: apenas u$s 100 y dos mulas. Inicialmente llamada Peabody, Daniels & Company, la organización fue creciendo paulatinamente durante las últimas dos décadas del siglo XIX, sobre todo a partir de la compra-venta de minas de carbón en distintas áreas de Chicago e Illinois.
En los primeros años del siglo XX, la rebautizada Peabody Coal Company comenzó a suscribir importantes contratos de suministro energético con compañías públicas y privadas. En los 50 se fusionó con Sinclair Coal Company y trasladó su base de operaciones a St. Louis, en Missouri, además de expandir su campo de acción.
A partir de los años 60, la empresa emprendió un proceso de internacionalización que en un primer momento la llevó a manejar minas de carbón en Australia y el Reino Unido, y luego la acercó al demandante mercado asiático.
Ya convertida en un coloso de alcance mundial, en tiempos más recientes incursionó en nuevos negocios vinculados con la metalurgia, el abastecimiento eléctrico y el cuidado ambiental. ›|‹