La producción bajó un 4,6% en Neuquén y un 5,1% en Chubut y se pronostica que el derrumbe podría alcanzar los dos dígitos en los próximos meses.
Tras algunos años de relativa estabilidad, la producción de petróleo en Argentina cerrará un 2016 para el olvido. En octubre, último mes relevado por el Ministerio de Energía, la extracción de crudo cayó un 4,5% interanual a nivel nacional, con un derrumbe de 4,6 puntos en Neuquén y de 5,1 en Chubut, los dos principales productores.
Sin embargo, el panorama podría ser peor. Podrían registrarse caídas de dos dígitos a nivel nacional entre marzo y abril de este año. La consultora de Daniel Gerold anticipó que los números de diciembre –que recién se conocerán en un par de meses– consolidarán una baja interanual de 7%.
La baja en la extracción de crudo se condice con los precios deprimdos a nivel internacional y su impacto, aunque atemperado, a nivel local. De forma paulatina, las empresas redujeron fuerte su nivel de perforación desde fines del año pasado, y los resultados de ese parate empiezan a aparecer en los números.
Según datos del IAPG, el top 15 de yacimientos petroleros del país muestra un derrumbe en los valores de producción.
En el caso de Neuquén, la caída fue atemperada por Loma Campana, el principal clúster no convencional fuera de América del Norte, que mostró una suba interanual extraordinaria del 22,7% en octubre. Permitió así reducir el impacto a nivel local, ya que los viejos yacimientos convencionales –que todavía componen el grueso de la producción– ostentan bajas gigantescas.
El Trapial, añejo campo de Chevron que recientemente se puso en venta, muestra la peor caída, con un 32,4% en el período. Le siguen Puesto Hernández y Chihuido de la Sierra Negra, con 13 y 10 puntos. Estos bloques producen mayormente agua, y demandan grandes inversiones para poder sostener los niveles productivos, dinero que nadie está dispuesto a poner con el barril en torno a los 55 dólares.
Para Chubut, principal productor de petróleo del país, la situación no es tan distinta. El gigante Cerro Dragón, de PAE, mostró una caída de 3,5%, tras varios meses de un declive acentuado. Pero otros campos como El Tordillo (Tecpetrol) registran bajas del 25%. En este yacimiento la baja de costos operativos repercutió de forma marcada.