Por la caída de los precios y la incertidumbre local, la exploración minera cayó un 50%

La minería argentina sufrió una fuerte desaceleración en los últimos dos años. El segmento del negocio más resentido por la coyuntura es la exploración. Según cuantificó Julio Ríos Gómez, titular de Gemera, la cámara de empresas exploradoras, en la campaña que empezó en septiembre y terminó en mayo de este año -los trabajos en Cordillera se realizan durante los meses cálidos para evitar la nieve del invierno- se invirtieron US$ 60 millones, sólo una quinta parte de lo que proyectado en 2011 por la entidad. Esa cifra no tiene en cuenta los desembolsos en proyectos de brownfields, es decir, zonas con potencial aledañas a emprendimientos que ya están en producción.

“Cuando comenzó esta década, proyectamos que hasta 2015 se invertirían entre 300 y US$ 330 millones anuales en exploración pura. Pero a raíz de la erosión de la macroeconomía, los desembolsos en exploración pura se desplomaron”, sentenció el directivo en diálogo con El Inversor Online,

Sólo en el norte argentino, con prospectos como Samenta (de la peruana Southern Copper) y Chinchillas, de Grosso Group, la búsqueda de nuevas reservas minerales parece mantener el ritmo.

El directivo explicó, a su vez, que uno de los motores de la actividad minera en el norte del país es la exploración –y construcción- de proyectos de litio. “Sales de Jujuy (de Orocobre) está completando la instalación de una planta para producir carbonato de litio. En tanto que empresas como Exar y Rodinha que consiguieron fondos para avanzar con la exploración de sus prospectos”, señaló Ríos Gómez.

A pesar de eso, el ejecutivo indicó que a nivel nacional, la exploración sufrió una fuerte baja por la combinación de factores domésticos e internacionales que deterioraron el clima de negocios de la minería. “En época de verano, la exploración cayó hasta un 70%. El descenso promedio estuvo en el orden del 50% y provocó la suspensión de algunas obras exploratorias que se habían proyectado”, advirtió el titular de Gemera.

En San Juan, el mayor distrito minero del país, la actividad se planchó. “De los tres proyectos que están en pre-factibilidad (y podrían movilizar US$ 15.000 millones si lanzaran su construcción), sólo Altar, de Stillwater, tuvo algo de actividad. Pachón (Glencore Xstrata) y Los Azules (Minera Andes) no realizaron trabajos”, precisó Ríos Gómez. “Hay algunas empresas que están trabajando al borde la Cordillera en la zona Malimán”, agregó.

En la Patagonia, el otro bunker de la minería metalífera en la Argentina, la situación es similar. “Sólo Cerro Vanguardia retomó la exploración de áreas que tienen al sur de la mina en operación. Pero el escenario político de Santa Cruz sigue siendo incierto, por lo que la actividad se resintió”, indicó el especialista.

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