En el marco de una polémica por la millonaria importación de gas licuado
La petrolera compró más buques metaneros de los que precisa el sistema. Reprogramó seis cargas de Gas Natural Fenosa y dos de BP para el año próximo.
Tras detectar presuntas irregularidades en el proceso de contratación de los barcos de gas importado, el ministro de Economía, Axel Kicillof, ordenó a mediados de 2012 que las compras de Gas Natural Licuado (GNL) las realizara YPF en lugar de Enarsa, la empresa estatal de energía por entonces controlada por el titular de Planificación, Julio De Vido.
En octubre, Roberto Dromi, ex ministro menemista y ex asesor de dos empresas proveedoras de GNL cuando el proceso era controlado por el funcionario santacruceño, cuestionó duramente la gestión de Miguel Galuccio, CEO de YPF, encargado de la importación de los cargamentos metaneros.
Ahora bien, ¿qué cambió desde que YPF adquiere los buques de GNL? ¿Qué diferencias existen con relación al procedimiento que aplicaba Enarsa?
Enarsa enviaba un listado de proveedores de GNL que debía ser autorizado por el Ministerio de Planificación. Con el aval de la cartera que dirige De Vido, invitaba a las compañías habilitadas a presentar ofertas por los cargamentos buscados. Luego se convocaba a todos los participantes y se leían las propuestas económicas recibidas. La más baja recibía los cargamentos. De ese modo, los privados se enteraban de los precios y las características técnicas de las ofertas realizadas por sus rivales, aunque fuentes del mercado señalaron que existían irregularidades porque “Enarsa proponía invitar a más jugadores de los que finalmente autorizaba Planificación”.
La consultora Dysan, propiedad de Dromi, asesoraba a Gas Natural y a Morgan Stanley, las dos compañías que más cargamentos ganaron entre 2008 y 2012, tal como denunció YPF en un comunicado, aunque no eran los únicos proveedores. Su tarifa por allanar el camino técnico-regulatorio de los privados habría ascendido hasta un 0,3% del monto final de cada barco, que cuesta u$s 50 millones. Es decir, u$s 150.000.
Reprogramación
YPF, en cambio, optó por otro mecanismo. El nuevo sistema establece que las ofertas se deben enviar por correo electrónico. Luego son encriptadas con una clave que sólo conoce el oferente. Ninguno de los que compitieron se entera por cuánto perdió. A favor de la metodología instrumentada por YPF: una mayor cantidad de empresas participantes (uno de los traders que más cargas se adjudicó en la nueva etapa es Vitol).
También hubo modificaciones en el esquema de compra de los cargamentos. A partir de 2009, Enarsa empezó a adquirir, en una primera operación concretada entre octubre y diciembre, entre un 60% y un 70% de los barcos de GNL planificados para el año siguiente. Eso le daba cierto margen a la empresa para definir más cerca de la fecha efectiva de ingreso de los barcos la compra final de cargamentos en función de las temperaturas en los meses de frío.
Por el contrario, YPF concentra en una sola adjudicación la gran mayoría de los buques metaneros planificados para las 52 semanas del año. Es una forma de asegurar el abastecimiento, pero el riesgo es “quedar largo” con las compras y que sobren barcos. Eso es precisamente lo que está ocurriendo este año. Frente al amesetamiento de la demanda industrial por la recesión económica y como resultado del invierno cálido que pasó, se registró una sobrecompra de GNL por cuenta de YPF.
Es más, en este momento la petrolera está negociando con las empresas Gas Natural y la británica BP la reprogramación de, al menos, ocho barcos de GNL comprados para este año como consecuencia de la falta de demanda para colocar ese producto. Lo más probable, en ese contexto, es que la petrolera termine pagando penalidades por modificar los plazos de entrega. ›|‹