Aún lejos de las dimensiones que maneja la gran minería del cobre, la industria del litio viene tomando fuerza en el país gracias a las expansiones anunciadas por las dos principales empresas que operan en Chile, pero también de nuevas firmas que buscan instalarse.
Según el último catastro de Cochilco, la cartera de iniciativas supera los US$ 1.800 millones, esto es un crecimiento de 276% respecto de 2017.
A la fecha existen hasta 24 proyectos en el mundo con cronograma definido y en distintas etapas de ingeniería, desde la prefactibilidad a la construcción, y cinco de estos corresponden a iniciativas locales. Pero la cifra crece a 35 en el mundo, según el catastro de Cochilco, sumando aquellos proyectos que aún no cuentan con una fecha definida para su puesta en marcha.
De concretarse aquellas inversiones en territorio local, Chile triplicaría su producción de carbonato de litio equivalente, apuntando a unas 240.000 toneladas, que se comparan con las 80.417 toneladas de 2017.
Considerando que el campo de las baterías es creciente, que se desconoce cuánto tiempo podría dominar esta tecnología, y la irrupción de nuevos países en la industria mundial de este mineral, el director de estudios y políticas públicas de Cochilco, Jorge Cantallopts, explica que el desafío para el país está en el “desarrollo de conocimiento para mejorar los niveles de sostenibilidad ambiental, social y económica de la industria extractiva del litio”.
Sin embargo, de concretarse la entrada en operación de las iniciativas en carpeta, se adelantará también una importante presión sobre los precios del mineral, efecto que ya se vio en 2018, cuando el valor de carbonato de litio retrocedió hasta en 30%. Esto, tras cerrar en US$ 13.600 la tonelada, niveles que podrían desencadenar la suspensión de algunos proyectos.
“Se estima que la oferta de litio alcanzó a 280.200 toneladas el año pasado, generando un leve superávit en el mercado, el que se incrementaría en los próximos cinco años. Este superávit estimado proyecta un escenario de precios algo menores en 2019, y dado que un factor determinante en la construcción de un proyecto de litio es el precio, podría paralizarse temporalmente la construcción de nuevas plantas, lo que permitiría en el mediano plazo un ajuste del balance de mercado”, explicó Catallops.
En tanto, Daniela Desormeaux, gerente General SignumBOX, resta dramatismo a una sobre oferta y consecuente caída en el precio del litio. “El mercado necesita de al menos un proyecto adicional al año, por lo tanto, se requiere de la entrada de nuevos actores para poder satisfacer el crecimiento en demanda. Lo que sí creemos que irá pasando es que una vez que vayan entrando nuevos actores, y los productores actuales vayan también ejecutando sus proyectos de expansión, el mercado se irá balanceando”, dice la experta.
Fuente: El Mercurio
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