Andacollo. Después de casi tres años de parálisis con una pérdida de 150 puestos de trabajo
Con la puesta en marcha de dos proyectos, el norte neuquino vuelve a ser sede de búsquedas de depósitos de oro y plata. A cabo de Trident, las nuevas exploraciones se llevarán a cabo en los bloques Buena Vista y Sofía.
Andacollo, el corazón de la actividad metalífera neuquina, saldrá de un letargo de casi tres años, desde que Andacollo Gold abandonó sus operaciones y dejó sin empleo a unos 150 trabajadores. Con la reciente presentación de los informes ambientales pertinentes, está todo dado para que Trident Southern Explorations de Argentina reactive las exploraciones en Buena Vista y Sofía, dos minas que ya fueron explotadas en el pasado, pero que aún cuentan con recursos minerales aprovechables. A fin de cuantificar ese potencial remanente, la empresa concesionaria emprenderá perforaciones por unos 5.000 metros, según anticipó su gerente operativo, Emanuel Rodríguez. “Una vez que analicemos los resultados de esta campaña, estaremos en condiciones de definir el plazo máximo para empezar a operar”, reveló. En Buena Vista, que abarca una superficie de 9 hectáreas (Has), Trident –una sociedad chilena que tiene ramificaciones en varios países– llevará a cabo trabajos exploratorios mediante perforaciones con dinamita a nivel subterráneo y superficial para determinar la existencia de minerales con un mínimo impacto en el medio ambiente. “Lo mismo haremos en Sofía, que ocupa un área de 12 (Has)”, acotó Rodríguez. El proyecto minero Andacollo es verdaderamente enorme: en total se extiende por cerca de 29.500 Has. La empresa, que tiene contrato a 25 años, se comprometió a desembolsar un piso de u$s 164 millones en su reactivación, que está pendiente desde diciembre de 2014. Parte de ese presupuesto se destinará a la contratación de nuevo personal, la instalación de una planta de procesamiento y la construcción de un dique de colas. Según lo pactado, Trident deberá iniciar la producción de oro y plata en un plazo máximo de dos años desde la adjudicación (que se dio en septiembre de 2016) y mantener un ritmo de procesamiento de mineral de al menos 500 toneladas (Tn) diarias. La estatal Cormine estuvo sosteniendo las retribuciones salariales hasta febrero de este año para garantizar las mínimas tareas de mantenimiento en la iniciativa. Adicionalmente, muchos operarios aguardan el pago de la antigüedad que se les adeuda. ›|‹