El Senado se prepara para convertirse en escenario de un nuevo debate en torno a un polémico proyecto del Poder Ejecutivo cuando inicie, mañana, el tratamiento en comisiones de la nueva ley de hidrocarburos queimpulsa la administración de Cristina Kirchner.
La iniciativa ya cuenta con el rechazo de casi todo el arco opositor, que denuncia que detrás del proyecto se esconde la pretensión del Gobierno de alzarse con la recaudación de la renegociación de los contratos de los yacimientos concesionados que habilita el texto para el año próximo.
También lanzaron fuertes cuestionamientos por el perjuicio que implicará para las provincias, a las que les quita la facultad de negociar sus áreas hidrocarburíferas y le impone topes al nivel de regalías que podrán percibir por la extracción del crudo.
Otro punto polémico del proyecto es que habilita la práctica del «fracking» para la exploración y explotación de gas y petróleo.
El oficialismo cerró filas en torno a la propuesta del Poder Ejecutivo y ya tiene garantizada la verticalidad de su bancada de senadores para avanzar con la firma del dictamen, el jueves, y con la aprobación del proyecto en el recinto, prevista para una semana después.
«Esto va a afectar al gobierno que viene. Están entregando la renta petrolera a cambio de hacer caja con la renegociación de los contratos el año próximo», denunció en diálogo con La Nación el jefe de la bancada radical, Gerardo Morales (Jujuy).
La opinión de Morales anticipa el rechazo de la UCR al proyecto, aun cuando el centenario partido recién tomará su decisión oficial el jueves en una reunión del comité nacional de la que participarán sus bloques legislativos de ambas cámaras y especialistas invitados a dar su opinión sobre la iniciativa.