La empresa canadiense Blue Sky Uranium Corp. propietaria del proyecto Amarillo Grande de uranio y vanadio, en Río Negro, Argentina, espera aprovechar este yacimiento, a medida que el precio del uranio se recupera después del impacto de la catástrofe de la central nuclear Fukushima Daiichi de 2011. Actualmente, se encuentra en las primeras etapas de una tendencia de precios en alza a largo plazo.
El CEO de la compañía, Niko Cacos, afirma que las mejoras en tecnología y seguridad después del accidente y el cierre de 2011, combinadas con la necesidad de una energía de base más ecológica, han generado un interés renovado y la construcción de plantas de energía nuclear.
Blue Sky ha notado un aumento constante en los precios del uranio en el último año y medio, con más países que adoptan la energía nuclear como una forma de generar electricidad segura y eficiente.
El proyecto Amarillo Grande tiene un recurso de aproximadamente 22.7 millones de libras de uranio y 28 millones de libras de vanadio. Cacos estima que Blue Sky tendrá una importante ventaja como primer motor, ya que Argentina tiene un sector de energía nuclear “razonablemente bien desarrollado”, pero no produce uranio.
“Argentina tiene tres reactores nucleares que están activos y en producción. Hay otro en construcción y hay más en la etapa de planificación. . . La ley nacional exige que toda producción nacional de uranio tenga preferencia. . . las plantas tendrían que comprar [uranio] de una fuente doméstica y en este momento no hay otra fuente doméstica “.
Cacos señala que la mineralización superficial del proyecto permitirá una extracción “extremadamente rentable”.
Cabe destacar que la seguridad del suministro de uranio se elevó la semana pasada, luego que un informe de Bloomberg señalara que EE. UU. está revisando una petición de las compañías de uranio con sede en EE. UU. que buscan que se reconozca el peligro del uranio importado.
Cacos señala que los Estados Unidos consumen del 25% al 30% del uranio global. “Puedo entender que cuando una parte significativa de su suministro de electricidad depende de las importaciones, presenta un riesgo”.
Comenta que EE. UU. “Hizo lo mismo con el petróleo y el gas”, priorizando su industria local y aumentando el fracking para reducir la dependencia de las importaciones. Sin embargo, cree que si Estados Unidos opta por priorizar la producción nacional de uranio, solo aumentará los precios.
Fuente: Mining Weekly
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