Ante el temor de una profundización de los efectos de la crisis petrolera sobre el empleo en la actividad, el sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, que concentra a los principales yacimientos del país, advirtió ayer que paralizará todas aquellas empresas del sector que despidan trabajadores o reduzcan la jornada laboral. La decisión fue oficializada por el titular del gremio y senador nacional, Guillermo Pereyra, quien definió como «gravísima» la situación que atraviesa la actividad y aseguró que, tras los 600 despidos de operarios petroleros que se acumularon en los últimos meses, peligra la estabilidad laboral de otros 800 trabajadores de las empresas hidrocarburíferas de la región.
«Pararemos todas las empresas que despidan trabajadores o reduzcan la jornada laboral», advirtió Pereyra a El Cronista en relación a la decisión adoptada por la comisión directiva del sindicato petrolero, que ayer analizó la crítica situación que atraviesa la actividad y sus consecuencias sobre el empleo. Luego de expresar su profundo «malestar» por los más de 600 despidos y la preocupación por el futuro de otros 800 puestos, el dirigente gremial, número dos de la CGT opositora que lidera Hugo Moyano, se quejó de la falta de reacción del Gobierno y las empresas para contener la crisis sectorial y denunció que solo los gremios cumplieron con el acta acuerdo tripartita firmada a principios de año.
«Las empresas y los gobiernos (nacional y provincial) se comprometieron a preservar las fuentes de trabajo y el gremio la paz social, pero solo los trabajadores cumplieron», enfatizó. La determinación de disponer medidas de fuerza en las empresas que despidan personal confirmó en la práctica la amenaza que el sindicalista formuló la semana pasada en el sentido de que «están empujando a los trabajadores a romper la paz social».
Tras la reunión de la comisión directiva del gremio, Pereyra estimó que hay riesgos de despidos en cerca de una docena de las principales operadoras de la región. Allí calculó que podrían producirse en las próximas semanas alrededor de 800 cesantías, además de otras medidas de ajuste laboral, como adelantos de vacaciones, suspensiones o reducción de jornada laboral por baja e equipos, lo que involucraría a otros 750 operarios de la actividad.