Con lo hecho hasta el momento, el gas no convencional representó en setiembre último el 22% de la producción total.
El presidente del Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG), Ernesto López Anadon, al celebrarse del Día del Petróleo, dijo que se requieren 20 mil millones de dólares para desarrollar el gas no convencional. Añadió que a esto debe sumarse un desembolso de otros u$s 30.000 millones a lo largo de los próximos 15 años para ampliar la capacidad de transporte y distribución del fluido que satisfaga el aumento esperado de la demanda.
En se marco, López Anadon ponderó además que en la actualidad «el Estado nacional, a través del Ministerio de Energía esté implementando planes para lograr en la población el uso eficiente y racional».
El titular del IAPG estimó que «si queremos continuar en esta senda, aprovechando nuestros recursos tanto hidrocarburíferos como la energía solar y la eólica, vamos a tener que expandir el uso del gas natural».
Precisó que las proyecciones del IAPG «para los próximos veinte años muestran que de una demanda actual promedio de 135 millones de metros cúbicos diarios, se llegará a una de más de 230 millones con picos invernales de 290 millones».
Indicó que «esto se deberá a la incorporación de más de 5 millones de usuarios al sistema que hoy no tienen acceso a la red».
«Y también a la incorporación de 11.000 megavatios de generación de fuentes renovables, principalmente eólica y más de 20.000 de generación térmica a gas», añadió el ejecutivo.
Por consiguiente, consideró que «habrá que invertir cerca de u$s 30.000 millones en los próximos 15 años en la expansión de las redes de transporte y distribución, en su mantenimiento, confiabilidad y seguridad y en la modernización de los sistemas actuales incorporando nuevas tecnologías».
Remarcó que «en este proceso es fundamental la normalización del Enargas (Ente Nacional Regulador del Gas), hoy ya casi un hecho, luego de más de trece años de intervención».
Asimismo sostuvo que «es de extrema necesidad la regularización tarifaria, que en forma transparente se está llevando a cabo, a través de audiencias públicas y los controles establecidos en la ley».
En ese sentido, opinó que «las empresas reguladas deben también recuperar la facultad de contratar libremente con los productores, como establece la ley y la regulación vigente».
A su criterio, «esto permitirá que las licenciatarias de transporte y distribución puedan llevar a cabo las inversiones necesarias».
López Anadon señaló que «para poder abastecer esa demanda, y compensar el fuerte declino de la producción de gas convencional, Argentina tiene hoy una gran oportunidad en el desarrollo de los recursos no convencionales de gas natural de la cuenca neuquina».
Al respecto, precisó que «con lo hecho hasta el momento, el gas no convencional representó en setiembre último el 22% de la producción total», pero destacó que «esto se ha logrado con gran esfuerzo y en algunos casos con tasas poco atractivas».
Consideró que «habrá que construir nuevas rutas, ferrocarriles, plantas de tratamiento, cañerías de conducción, centros de acopio, como asimismo ampliar la capacidad de los gasoductos y redes de distribución en todo el país» para que la inversión sea eficiente y la producción en la cuenca neuquina sea competitiva.
«Calculamos que se necesitará invertir unos u$s 20.000 millones al año, durante un período muy prolongado», aseguró López Anadon, no obstante lo cual puso de relieve que «todo esto dará un importante incremento en el empleo directo, indirecto e inducido: entre 50.000 y 60.000 puestos directos a incorporarse y, si tomamos las obras de infraestructura, esta cifra podría alcanzar los 100.000 puestos de trabajo».
Puntualizó que «esto traerá aparejados muchos beneficios para el país, como un fuerte aumento de la recaudación nacional y provincial, una disminución de importaciones, posibilidad de exportar y ahorro de divisas, impacto en el PBI nacional de entre 1 y 3 puntos de crecimiento productivo; generación de infraestructura nueva que puede ser aprovechada por otras actividades; mayores inversiones en petroquímica y flexibilidad para la introducción de renovables».
Sin embargo, remarcó que «para llegar a esto aún hay mucho trabajo por delante», porque puso como ejemplo que «hoy perforar acá cuesta casi el doble que hacerlo en Estados Unidos» y que mientras un pozo productivo en Vaca Muerta requiere 30 personas, en el país del norte se necesitan menos de 20 operarios.
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