La petrolera Shell continúa las negociaciones por las 600 estaciones de servicio en todo el país y de la refinería que posee en la localidad bonaerense de Dock Sud, como parte de la “revisión estratégica de la cartera de downstream” que anunció el año pasado la compañía para centrar sus operaciones en la producción de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta.
La petrolera Shell continúa las negociaciones por las 600 estaciones de servicio en todo el país y de la refinería que posee en la localidad bonaerense de Dock Sud, como parte de la “revisión estratégica de la cartera de downstream” que anunció el año pasado la compañía para centrar sus operaciones en la producción de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta.
Fuentes vinculadas al sector energético ratificaron que Shell avanza en el proceso de venta oficializado en septiembre del año pasado, aunque evitaron confirmar las versiones publicadas por el diario La Nación respecto al interés que habrían manifestado las petroleras YPF y Pluspetrol por adquirir esos activos.
Tanto en YPF como en la petrolera del grupo multinacional evitaron realizar comentarios al respecto al ser consultados por Télam.
Shell puso en revisión activos a fines de 2016 como parte del plan de desinversión por 30.000 millones de dólares que pretende tras la adquisición de BG Group, y como parte de la política de otras grandes compañías de centrarse en el negocio del Upstream para dejar el refinado y la comercialización en manos de interesados locales.
La negociación que la compañía anglo-holandesa está trabajando con Credit Suisse Group AG, permite que Shell desista de la venta si no encuentra entre los interesados una oferta acorde a sus pretensiones.
En el sector consideran que de prosperar el interés de YPF en la compra de Shell, la petrolera estatal debería poner en marcha un proceso de desinversión en determinados sectores para poder sortear las posibles objeciones de las autoridades regulatorias para aprobar la operación, para evitar una posición dominante en el mercado de los combustibles.
La petrolera nacional tiene una participación superior al 55 por ciento del mercado, y su preeminencia sería aún mayor en caso de contar con los activos de Shell, cuya participación de mercado es actualmente en torno al 13 por ciento.
La agencia Bloomberg informó al respecto que detrás de la manifestación de interés de YPF se encuentra el objetivo principal de contener el ingresos de firmas internacionales que podrían estar interesadas en la compra para hacer pie en el negocio de distribución de combustibles en Argentina.
«Como parte de esta revisión estratégica, se tendrán en cuenta todas las opciones disponibles, pero hasta el momento no se ha llegado a las conclusiones», dijo una fuente de Shell a la agencia Bloomberg.
Ya a comienzos de septiembre, la filial local de Shell había atribuido a las circunstancias globales de la industria y los objetivos detrás de la compra de BG la decisión de poner en “revisión estratégica” solamente su negocio de downstream y sus activos en el país.
Estos incluyen la Refinería Buenos Aires, la red de estaciones de servicio (alrededor de 600), Trading & Supply, Químicos y los negocios de Global Commercial, incluyendo GLP, Aviación, Marítimo y Lubricantes .
Por el contrario reafirmó su interés en el negocio de Upstream y sus activos en Argentina están fuera del alcance de la revisión estratégica, al señalar la compañía que sus inversiones globales de shale son “prioridad de crecimiento futuro a partir del año 2020” y, por lo tanto se explica su interés en el desarrollo y crecimiento del negocio de no convencionales de Vaca Muerta.
En ese sentido, el 23 de febrero pasado, Shell suscribió con YPF un acuerdo para el desarrollo de hidrocarburos no convencionales en el área Bajada de Añelo con una inversión inicial estimada en 300 millones de dólares.