En vías de incrementar su capacidad productiva a 12.000 barriles diarios, Shell confía en construir una segunda planta que aporte otros 30.000 barriles. La empresa viene de reducir sus costos en la formación, de u$s 15.000 millones a u$s 8.000 millones por pozo.
La petrolera angloholandesa Royal Dutch Shell sabe que afronta un momento clave para su crecimiento en la principal formación de hidrocarburos no convencionales del país. Hace dos años, la petrolera inauguró su primera planta de producción temprana en Vaca Muerta, dotada de una capacidad de hasta 10.000 barriles de petróleo diarios.
“Hoy nos encontramos trabajando para ampliar ese volumen a 12.000 barriles. Y estamos contemplando seriamente la posibilidad de construir una segunda planta a partir de 2019, con una capacidad de 30.000 barriles por día”, anticipa el expresidente de la empresa en la Argentina, Teófilo Lacroze, quien tras el acuerdo de venta de activos con Raízen pasó a controlar la filial local de la firma brasileña (de la cual Shell maneja un 50%).
De ese modo, Shell estará prontamente en condiciones de superar los 40.000 barriles diarios. “Para lograr ese nivel de desarrollo, obviamente, habrá que superar una serie de desafíos de distinta índole”, reconoce el directivo, quien participó de la edición 2018 de la cumbre Argentina Oil & Gas(AOG).
Uno de los principales retos que el mercado local tiene por delante, indica Lacroze, se vincula con la consolidación de un sistema impositivo que sea conducente con la actividad. “Además hace falta contar con las obras y los servicios asociados necesarios, y minimizar los tiempos improductivos”, añade.
El mayor ‘cuello de botella’, recalca, tiene que ver con la falta de infraestructura. “Estamos produciendo unos 4.500 barriles de petróleo por día, pero si quisiéramos producir más no podríamos hacerlo. Aún no existe la infraestructura requerida para transportar una oferta mayor”, se lamenta. Esta dificultad, advierte, será cada vez más importante a medida que los proyectos ganen escala. “No obstante, debe resaltarse que desde la industria, el Estado nacional y Estado el neuquino estamos buscando soluciones para esta problemática”, asevera. En ese sentido, acota, será vital disponer de más y mejores empresas de servicios asociados a la industria, además de aumentar la dotación de trabajadores capacitados para elevar los márgenes de competitividad y apuntalar el crecimiento del sector. “La puesta en valor del gas no convencional de Vaca Muerta sólo será posible en toda su dimensión si la actividad resulta competitiva”, subraya. En los últimos tiempos, sostiene, se viene avanzando bastante en la materia. “Por nuestra parte, logramos bajar los costos a la mitad, de unos u$s 15.000 millones por pozo a menos de u$s 8.000 millones en la actualidad”, compara.
Ventajas competitivas
A decir de Lacroze, Vaca Muerta se encuentra indiscutiblemente entre los mejores reservorios de hidrocarburos no convencionales del planeta. “Una de las principales ventajas de la formación neuquina radica en el espesor de su capa, virtud que brinda la oportunidad de desarrollar más de un proyecto a la vez”, especifica. El potencial de la producción no convencional de Vaca Muerta, proyecta el ejecutivo, luce cada vez más auspicioso y prometedor. “Estoy seguro de que, en el futuro, el desarrollo de sus riquezas incrementará la capacidad nacional de explotar petróleo y gas natural a precios competitivos”, vaticina. ›|‹