Reconfiguración de la petrolera estatal
Axel Kicillof y un grupo de cuatro directores que respondían a él presentaron a principios de diciembre su dimisión en el Directorio de la petrolera. Los puestos vacantes serán ocupados por directivos que designe la gestión macrista.
Una semana antes de la asunción de Mauricio Macri, el ministro de Economía, Axel Kicillof, y sus colaboradores más cercanos presentaron su renuncia en el Directorio de YPF. Buscaron, de ese modo, facilitar la transición con el equipo que lidera Juan José Aranguren, que estará a cargo del Ministerio de Energía y Minería. Se trata de un grupo de profesionales que en los últimos años conformaron la pata energética de La Cámpora.
Son Nicolás Arceo, vicepresidente de Administración y Finanzas, un economista que demostró capacidad para resolver un amplio abanico de temas ligados a la gestión cotidiana de la petrolera y que además se convirtió en una pieza clave al funcionar como vaso basculante entre el management y los técnicos del Palacio de Hacienda; Juan Donini, que asumirá como ministro de Economía de Alicia Kirchner en Santa Cruz; Patricia Charbay, otra economista que jugó un rol clave durante los primeros meses de la gestión Kicillof y luego fue perdiendo terreno; y Rodrigo Cuesta, director de Legales de YPF, que en los próximos días jurará como fiscal general de la Cámara Federal Civil y Comercial.
La misma decisión tomó Doris Capurro, vicepresidenta de Comunicación y Asuntos Públicos de YPF, que, enfrentada desde hace tiempo con Miguel Galuccio, presidente de la petrolera reestatizada, ayer presentó su renuncia indeclinable. “Fue un orgullo para mí ser parte de este equipo, como la única mujer y, adicionalmente, no petrolera. Y agradezco el apoyo y lo mucho que he aprendido de cada uno de ustedes”, se despidió Capurro en una carta enviada a su equipo.
La posición de Kicillof, hasta ayer único director por las acciones Clase A del Estado, podrá ser ocupada por la persona que nombre Mauricio Macri ni bien entre en funciones. El reemplazo del resto es más complejo: habrá que ver si la Comisión Fiscalizadora designa nuevos directores en lugar de los salientes o si los accionistas llaman a asamblea para decidir nuevas autoridades.
Dura realidad
El cambio de gobierno pondrá de bruces a YPF y al resto de las empresas petroleras frente un destino que intentaron evitar durante este año: el ajuste. Con la esperanza de que el precio internacional del crudo se recuperará en 2016, Kicillof mantuvo desfasado el valor interno del barril –hoy se paga hasta un 80% más caro que en Estados Unidos– hasta el próximo 31 de diciembre. Sin embargo, en lugar de retomar una senda alcista, la cotización del Brent –la referencia para el comercio internacional– se hundió todavía más y la gran mayoría de los analistas avizora que el barril navegará en 2016 por la frontera de los u$s 50.
Con esa certeza, los productores locales de hidrocarburos han empezado a bajar el nivel de actividad. Hace diez días, Pan American Energy (PAE), la segunda petrolera del mercado, que es propiedad de BP, la china CNOOC y los hermanos Bulgheroni, paralizó todos sus equipos de perforación ubicados en Chubut, el principal pulmón petrolífero del país. La medida fue presentada como una reprogramación del área de perforación que afectó a cerca de 2.000 operarios a los que se les otorgó vacaciones y francos compensatorios adeudados. Luego fue el turno de YPF, la mayor petrolera del mercado, que puso en marcha un plan vacacional que implicará el parate del 10% de sus equipos torre en actividad. La petrolera reestatizada emplea 175 unidades de torre, tal como se conoce en la jerga a las unidades de perforación, pulling y workover. YPF prevé dejar al menos 15 de esos equipos en stand by: es decir, a disposición de la empresa pero sin operarios en las locaciones. ›|‹