La suba de tarifas, una de las medidas más antipáticas para la población que tomó la administración de Mauricio Macri desde su llegada a la Casa Rosada, parece haber sacado del letargo a los servicios públicos, que transitaron el kirchnerismo con un crecimiento vegetativo. Al menos así lo muestran números oficiales sobre la expansión del sistema de distribución de gas por redes, que después de varios años de estancamiento mostró un crecimiento por encima del promedio.
En el primer año de gestión de Mauricio Macri se sumaron a la red de gas 118.490 usuarios (debido a que se incorporaron 3557 kilómetros), que representan unas 355.000 personas. La cifra es relativamente baja si se la compara con el tamaño total del sistema, que tiene más de 8,1 millones de usuarios. Pero para algunos especialistas implica un cambio en la tendencia de los últimos años.
Por caso, según un informe oficial del Enargas, entre 2006 y 2014 se habilitaron obras de expansión en 14 provincias que alcanzaron a 238.000 usuarios. Eso arroja un promedio de 29.750 conexiones nuevas al sistema por año, muy por debajo de la cifra que se alcanzó en 2016.
En 2015, el último año de Cristina Kirchner en el poder, las conexiones aumentaron por obras que encargó el Estado.
En el marco de la crisis energética, las dificultades en el acceso a los servicios públicos se convirtieron en un problema recurrente en la última década. Con ingresos por debajo de sus necesidades, las distribuidoras (entre las más importantes están Metrogas, Gas Natural Fenosa y Camuzzi) minimizaron las obras para ampliar la red, que quedó en manos del Estado. Eso derivó en que los nuevos pedidos para ampliar el sistema debieran correr por cuenta de los propios usuarios o sencillamente fuesen rechazados.
Otro motivo que desestimulaba el incremento de la demanda de gas era la falta del recurso, cuya producción en el país comenzó a caer a mediados de la década pasada, algo que, sumado a los límites prácticos para aumentar las importaciones, ocasionó que el fluido no alcanzara para todos.
Los especialistas justifican el cambio de tendencia con argumentos distintos. El Gobierno, por ejemplo, sugiere que la señal de precios que se les envió a las distribuidoras el año pasado con el aumento de tarifas permitió que abrieran el cepo y comenzaran a incorporar clientes.
El último informe que envió la Jefatura de Gabinete al Congreso, de donde surgen los números de ampliación, sugiere que el comportamiento del sector el año pasado permite mostrar una mejora general por licenciataria. Otra fuente oficial consultada sostuvo que la normalización del sector hace que sumar clientes implique un beneficio, no una pérdida.
Los más cuidadosos, en tanto, sostienen que se trata de un incremento con respecto al crecimiento residual que venía mostrando el sector. Aunque todos están de acuerdo en que la incorporación de clientes en el sistema debería aumentar mucho más en los próximos años.
Por ejemplo, los números del año pasado se dan en un contexto en el que los ajustes de tarifas estuvieron congelados hasta octubre de 2016 por el fallo de la Corte, que pidió audiencia pública y gradualismo en los aumentos. Eso hace suponer un incremento importante de las conexiones a la red de gas en los próximos cinco años.
Entre las empresas, Camuzzi Gas Pampeana fue la que sumó un mayor número de clientes, con 20.164 nuevas conexiones. La siguieron Metrogas (19.583) y Gas Natural Fenosa (17.894). En 2018, además, se espera un salto más grande con las primeras conexiones hogareñas e industriales a los tres gasoductos Cordillerano, Región Centro II y de la Costa Atlántica, que financiará el Estado, que sumarán 140.500 usuarios.
El Gobierno volvió a aplicar en abril de este año un nuevo aumento de tarifas de gas, que se suma al de la electricidad. Según la información que difundió el Ministerio de Energía, que maneja Juan José Aranguren, un usuario denominado R1, de menor consumo, recibió un ajuste de 34%, con una factura promedio de $ 145 por mes. Y un usuario R34, de mayor demanda, tuvo un ajuste promedio del 19%, por lo que su factura pasó, sin impuestos, a unos $ 1134 por mes.
Si bien el Gobierno sostiene que los aumentos fueron graduales, las últimas subas volvieron a cosechar críticas de la oposición política y el rechazo de una parte de los usuarios.
En términos comparativos, el gas que se distribuye por redes es más económico que la garrafa, por lo que la incorporación de clientes en el sistema les permitirá optar por la alternativa más económica.