El gobierno mendocino está en negociaciones con al menos tres empresas nacionales para reanudar el desarrollo de la minería metalífera en la zona de Malargûe, bajo los lineamientos existentes en la provincia que disponen la no utilización de productos tóxicos para la salud y el medio ambiente.
“Hay por lo menos tres empresas interesadas en Malargüe, una de las localidades donde la minería tiene mayor potencial de desarrollo, tanto por su capacidad como por la aceptación de la comunidad”, informó el subsecretario de Energía y Minería, Emilio Guiñazú.
El yacimiento Hierro Indio, cercano a esa localidad, operó hasta principios de los setenta y su posible futuro está focalizado en la obtención de hierro de alta pureza que podría ser uno de los más importantes de la Argentina debido a la calidad y cantidad aunque no se suministraron datos oficiales ni de sus reservas ni de su inversión inicial. “Hoy no se concibe la minería sin respetar la naturaleza y el medio ambiente”, aseguró Guiñazú, quien avanza en negociaciones con una empresa de capital nacional para el desarrollo en esa zona “rica también en pórfido de cobre y compatible con las restricción técnica de la ley”.
“Siempre Mendoza fue un agujero negro dentro del mapa nacional pero hoy, con expectativas moderadas, se atreve a presentar una perspectiva diferente”, destacó el funcionario, quien plasmó la intención en un reciente encuentro internacional realizado en Toronto, Canadá.
Guiñazú destacó que en los potenciales desarrollos metalíferos de Malargüe se conjugan tres factores determinantes que son “el potencial geológico compatible con las restricciones técnicas de la ley 7722, la aceptación de la comunidad, y una política definida por el gobierno de Mendoza de impulsar aquellos proyectos que cumplan con el plan legal vigente”. “La realidad es que existen muchas metalurgias que pueden procesar el mineral sin necesidad de utilizar ni cianuro, ni mercurio o ácido sulfúrico”, dijo y criticó “la limitación que genera la ley y la poca claridad y falta de definición política que hicieron que haya exploraciones desde los últimos diez años. Hoy asusta más a los inversores la incertidumbre que la restricción técnica”, reconoció.
La expectativa, según se explicó, es que en dos o tres años lleguen las primeras inversiones en exploración que permitan en el mediano plazo efectivizar algunos proyectos en Malargüe donde hay apetito, para después demostrar el cambio en zonas que hoy son más reacias.
El área de Energía junto a Malargüe elaboraron un programa que, en el marco de la Ley de Ordenamiento Territorial, promueva al departamento como un nuevo polo de desarrollo basado en la actividad minera con infraestructura local, de transporte y comunicaciones que lo integren al corredor productivo provincial y nacional, y que incluya servicios de bajo, medio y alto valor agregado buscando sinergias con el sector petrolero y turístico de la provincia.
Fuente: Los Andes
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